El Óscar conseguido por Will Smith por su papel en El método Williams (Reinaldo Marcus Green, 2021) vaticinaba un período de éxito (¿más?) en su carrera, pero el desafortunado incidente en la ceremonia donde recibió el premio, truncó, de alguna forma, ese despegue. Al margen de lo ético y moral, la carrera de Smith como fórmula de éxito tiene bastantes pocas pegas, y casi todo lo que hace, suele ser sinónimo de taquillazo.
Algo que bien sabe Smith es que en la variedad reside una de las claves del éxito. A pesar de que casi siempre se ha decantado por la comedia o la acción, las ocasiones reservadas para el drama tampoco le han dejado a un lado cuando se habla de premios, ahí tenemos sus nominaciones por Ali (Michael Mann, 2001) o En busca de la felicidad (Gabriele Muccino, 2006).
Detrás de las cámaras está Antoine Fuqua, director norteamericano con una dilatada e irregular trayectoria en donde predomina más el thriller de acción que el drama más intenso. Quizá aquí ya tenemos una pista de una de las principales fallas de la película, la falta de intensidad en el apartado dramático. A Hacia la libertad le falta ese ‘punch’ dramático que, por mencionar una película de temática similar, tenía 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013). Un caso similar a lo que sucedía con El renacido (Alejandro González Iñarritu, 2015)
Pero quizá Hacia la libertad no es una cinta que quiera emocionarnos (podría conseguirlo en su tramo final, aunque le cuesta), lo cual sería una absoluta falta de respeto por parte de su director, el caso es que sus intentos por que Smith transmita dolor o sufrimiento, no terminan de convencer.
La película podríamos dividirla en tres actos. Un primero en el que se nos plantea el problema de los personajes principales, su dramática situación y sobre todo en donde se nos pone en un contexto sociopolítico muy duro. Hay que indicar que aquí, la cinta arranca estupendamente y consigue que empaticemos (hasta cierto punto) con el personaje protagonista. Un hombre de fe (demasiada, quizá) con valores conservadores.
El segundo acto, y el que más duración ocupa, es más un ejercicio de thriller que una cinta dramática. Fuqua opta por una cacería humana con poca sorpresa, sometiendo al protagonista a diversas situaciones (algunas un poco previsibles) y de las que uno sabe perfectamente cómo va a salir. Aunque esta parte es, quizá, la más llamativa, es la que menos aporta. Algo curioso teniendo en cuenta que es el grueso de la historia.
La película termina con un tercer acto, necesario pero excesivo. Necesario porque si no, el personaje no alcanzaría su fin (además del enorme significado que tiene en la historia), pero excesivo porque dota a Hacia la libertad de una duración un tanto larga. Si este acto se hubiera resumido en, al menos diez o quince minutos, la cosa habría resultado mejor.
Pocas pegas se le pueden poner al reparto. Smith está correcto… lo dejaremos ahí. La falta de esa carga dramática no es, seguramente su culpa. Ben Foster siempre está perfecto, un personaje que amedranta simplemente con la mirada, esa voz ligeramente rasgada y pausada, dejando claro quien tiene el poder.
Pero una de las cosas más potentes que tiene Hacia la libertad es su producción. A nivel visual, la película es un ejercicio de equilibrismo entre el blanco y negro y la desaturación (en algunos sitios se afirma que está rodada en blanco y negro). Hay pinceladas de color en momentos concretos, pero en su mayoría uno tiene la ligera confusión de si es blanco y negro o no. Una decisión que le otorga a la cinta dos cosas: una ambientación y textura que hipnotizan; y un toque casi fantasmagórico/terrorífico, reflejo del infierno particular del personaje de Smith.
Y esto nos lleva a otro elemento importante, la música. Segunda colaboración entre el compositor brasileño Marcelo Zarvos y Fuqua. Aquí la música proporciona igualmente un toque de terror a la historia, más concretamente al tramo central, con sonidos prácticamente arrítmicos, coros angelicales y notas graves. Es sin duda, uno de los elementos potenciadores de la película y toda una sorpresa.
Hacia la libertad es una cinta que, sin contar realmente nada que no sepa la audiencia (la lucha por la libertad, el apoyo en la fe…), tiene una producción notable, un reparto correcto y un nivel técnico bastante alto. Una pena que su drama se diluya entre todo eso.
¿Por qué no se estrenó en cines?
A pesar de que en los Estados Unidos si se pudo ver en salas (se estrenó el día 2 de Diciembre), en España directamente y sin saber el motivo, pasó a plataformas, concretamente a la de Apple, una de las productoras de la cinta. Es una pena que esta película no se haya podido ver en salas, ya que su imagen bien vale verse en una pantalla grande. Will Smith, Ben Foster, Antoine Fuqua… seguimos sin saber por qué.
Es una película exclusiva de AppleTV+.
