Tras la buena acogida de Train to Busan (Yeon Sang-ho, 2016), el cine oriental con temática zombie, vuelve a la carga con I Am a Hero (2015), adaptación del manga del mismo nombre publicado en el verano del 2009 (en España ha tardado cuatro años en llegar). Guardando muchos convencionalismos del subgénero, la película resulta muy entretenida aunque no perfecta, pero que igualmente puede estar orgullosa de llegar hasta lo más alto.
Shinsuke Sato, director de clásicos como The Princess Blade (2001) o la laureada Gantz (2010) ha tomado las riendas de este alocado proyecto que, como es habitual en el cine de acción oriental, tiene una mezcla entre humor y aventuras, pero siempre sin olvidarse de los personajes, ejes fundamentales de todas las tramas que pueblan la película.
En el fondo I Am a Hero es un retrato de la soledad y de cómo una persona absolutamente corriente, se enfrenta a algo extraordinario. Una historia que, sin ser demasiado original, tiene algunos matices que la convierten en una pequeña joya recomendable.

Cuenta con un reparto poco conocido pero efectivo. Su protagonista, más conocido por ponerle voces a personajes de películas del Estudio Ghibli, está más que correcto en su papel, quizá es conocedor de la importancia que tiene y de que él es el centro de todo, aportando lo mejor en cada una de las escenas donde aparece.
Pero quizá una de las cosas que más llamen la atención de I Am a Hero sea su montaje, en donde se solapan diversas realidades (algo similar a lo que vimos en la norteamericana Sin frenos (David Koepp, 2012), mezclando parte cómicas con otras menos graciosas. Su fusión sin duda produce secuencias muy interesantes.
Tampoco hay mucho tiempo para el reposo. Aunque el cine oriental siempre se relaciona con un ritmo pausado, en ocasiones demasiado lento, aquí prácticamente no hay tregua. Es algo que comparte con la cinta coreana de Yeon Sang-ho. No hay casi respiro para el espectador y/o protagonista. En todo momento es fácil identificarse con los personajes, simpatizar con ellos e incluso sufrir con ellos.
Pero el cine de zombies está muy explotado y si Train to Busan no se libraba de ciertos convencionalismos, I Am a Hero también. Es una muestra de que es necesario una renovación de muchos género y de que incluso los menos tocados, siguen necesitando de reformas.
Pero esos clichés no ensombrecen una cinta sumamente entretenida, con un nivel técnico notable y que a pesar de contar con un final bastante flojo, tiene elementos que nos enganchan, unos carismáticos personajes y un guión sólido.
I Am a Hero es una cinta sobre héroes anónimos, héroes comunes, y sobre todo, sobre ese héroe que todos llevamos dentro y que alguna vez hay que sacarlo a pasear para demostrar que valemos algo.