En el año 2013, el británico Keith Chapman crea la serie de animación infantil La Patrulla Canina. Chapman, que ya había tenido éxito con sus cortometrajes de Bob, el constructor (también convertido en serie en 1997), ha sabido mezclar siempre en sus productos, elementos para fomentar valores en la audiencia infantil, nada nuevo hasta la fecha.
Paramount, a través de una de sus grandes productoras, Nickelodeon, ha sabido conquistar a los niños con productos muy variados, pero evitando muchas veces caer en la ñoñería o en el exceso de infantilismo. Productos como Rugrats o Los Thornberrys (ambos también con cintas animadas estrenadas en cines) supieron captar la atención de la audiencia, mezclando un dibujo atrevido con un ritmo casi frenético e historias bastante elaboradas. Comenzando casi el nuevo siglo, lanzan Bob Esponja, serie de animación que levantó cierta polémica, y que muchos comparaban con la espléndida Ren & Stimpy, y que supo saborear el éxito. De aquella serie, de la que todavía siguen emitiéndose temporadas, surgieron tres películas, todas ellas bastante entretenidas.
Pero desde el Reino Unido, se hicieron con los derechos de La Patrulla Canina, serie de animación protagonizada por un grupo de cachorros que se dedicaban a realizar todo tipo de misiones de rescate. La seña “trabajo en grupo” era sin duda el mensaje que la serie transmitía en cada uno de sus episodios.
Su traslación al cine, por primera vez, viene marcada sobre todo por tres detalles a tener en cuenta. Lo primero y que más llama la atención es el nivel técnico. Y es que La Patrulla Canina: La película no tienen absolutamente nada que envidiar a producciones animadas punteras. El nivel de detalle (dentro del propio universo de la serie) está muy logrado y se nota la inyección de presupuesto que ha tenido. Un caso muy similar al que se ha podido ver en las películas de Bob Esponja.
Por otro lado, el ritmo que tiene la película. Sin llegar a ser tan frenético como podría parecer, la cinta se disfruta, en ningún momento se hace pesada o lenta y supone un maravilloso entretenimiento para los más pequeños (bueno, y quizá no tan pequeños).
Y un tercer elemento es la historia. A pesar de que la película no tiene una historia lo suficientemente complicada o elaborada (mejor dicho) la sabe suplir con creces con unas secuencias de acción muy bien hechas, bien llevadas y con un ritmo que se agradece. La Patrulla Canina: La película es una cinta que, aunque evidentemente está destinada a un público infantil, bien podría verse con algo más de años y seguiría resultando entretenida. No es una película demasiado empalagosa.
Como en la serie, que por cierto, no es necesario haberla visto para entenderla, los valores como el trabajo el equipo, la confianza o la solidaridad están siempre presentes. Pero aquí se le da también mucha importancia a los miedos, a la superación de éstos, a través del pasado de uno de los cachorros protagonistas.
Una película que, respetando los valores de la serie, realizada de forma espléndida y con un buen ritmo, supone una maravillosa alternativa para disfrutar, ya que además no dura demasiado y en ningún momento se vuelve plomiza.
