Hace tres años que se estrenó en exclusiva en Movistar+, la serie La unidad, creada por el director Dani de la Torre y el guionista Alberto Marini. La primera temporada se centraba ya no sólo en la presentación de los personajes (obvio), sino en la investigación de una célula islámica con objetivos terroristas en España. Una temporada bastante brillante en todos los aspectos, que tuvo una continuación algo inferior en su segunda temporada, estrenada dos años después.
La trama quedó bastante cerrada y el estreno de esta tercera temporada presagiaba cierto desgaste en los personajes. Bajo el subtítulo de “Kabul”, puede verse de forma aislada a las temporadas anteriores que no se echa en falta prácticamente nada, esta nueva temporada (también de seis episodios) se centra en el golpe de Estado que se produjo en verano del 2021, cuando el régimen talibán tomó el control de la capital, sumiendo al país en un verdadero paraíso de la violación de los derechos humanos y castigando duramente a las mujeres que no acatan las normas impuestas. Años de avances en cuanto a derechos sociales, que se truncaron hace un par de años. El ejército español tuvo que ayudar a evacuar ya no sólo a ciudadanos españoles, sino a otros refugiados.
Este marco bélico sirve de trasfondo para contarnos la historia en la que varios miembros de la conocida unidad se verán envueltos en secuestros, y deberán sobrevivir hasta la evacuación del país por parte de los GEO y el ejército español.
A grandes rasgos, el trabajo realizado en esta tercera temporada está a la altura de las anteriores entregas. La producción es prácticamente impecable y el trabajo tanto de imagen como de sonido es realmente bueno. Muy pocas pegas le podemos poner a esta tercera temporada en cuanto a nivel técnico.
Donde patina realmente es en cuanto a narrativa e historia. Uno de los elementos que hacía más interesante a esta serie era el elemento de investigación, las subtramas que protagonizaban los personajes y que, poco a poco, iban confluyendo en la línea principal (siempre dirigida por el personaje de Nathalie Poza). Las relaciones entre los personajes, tanto a nivel personal como profesional, marcaban muchas veces puntos de inflexión en la historia.
Aquí este elemento es inexistente, no hay investigaciones ni nada por el estilo, todo resulta más lineal y con pocas sorpresas. Prácticamente la acción se divide en tres subtramas que, aunque conectadas de alguna manera (quizá con pinzas, incluso) no terminan de mantener el listón donde lo dejaron las anteriores temporadas. Aquí no hay investigación, aquí prácticamente no hay relaciones entre personajes, se resume un poco en una especie de ‘survival’ en Afganistán.
Si que quizá tenga algo más de peso el drama. Y es que esta tercera temporada de La unidad volvemos a encontrarnos con escenas con bastante carga interpretativa para los actores (sobre todo para la actriz Marian Álvarez, que lleva prácticamente todo el peso dramático de esta temporada). Sin llegar a conmover del todo, la serie gana bastante en este aspecto, viniendo de una floja segunda temporada, donde la previsibilidad y la excesiva sencillez de su trama, lastraban toda la serie.
Repiten los actores principales (los que quedan, claro), y la serie también se muestra contundente en cuanto a crítica social se refiere. Hay algunas escenas en donde se muestra cierta cotidianidad a la hora de hablar de cómo es el día a día en la capital (o al menos eso se intenta), y siempre desde el punto de vista de las víctimas.
La unidad: Kabul, sin llegar a ser redonda, adolece de un guion demasiado simple pero compensado con una buena producción, y aunque tiene algunas fallas, en su conjunto vuelve a ser una serie con peso, con entidad y bastante bien hecha (insisto, en su conjunto). De la Torre y Marini forman un buen tándem (como en su día Sorogoyen y Peña con Antidisturbios (2020)) y está claro que su apuesta, aun siendo arriesgada, no les ha salido redonda. Vamos, que si no llevara La unidad en su título, el resultado habría sido el mismo.
