Ya ha llovido desde Los mercenarios 3 (Patrick Hughes, 2014) y una cuarta entrega, lo mismo, digo, lo mismo, no era realmente necesaria. Tan solo unas buenas cifras en taquilla eran justificación para que Stallone y compañía, volvieran a dar guerra (nunca mejor dicho) en la gran pantalla. Y así ha sido, pero el tiempo pasa no sólo para los actores y las películas, sino también para el público.
Si ya la tercera resultaba agotadora, nueve años después, en un intento de relanzar esta saga, volvemos a tener una nueva entrega. Esta vez el listón no estaba muy alto, pero ni con esas el grupo de ‘Sly’ y Statham logran un acierto a nivel de cinta de acción digna. Y no es el hecho de que la debamos exigir un nivel alto, porque no es así, la película prácticamente da lo que promete, es honesta, sino por el hecho de contar con un director que, al menos sepa darle cierto toque a su obra (por muy limitada que esté). Scott Waugh sustituye a Patrick Hughes en la dirección. Waugh ha hecho cine de acción, sí… pero no con demasiado acierto.
Partimos de la base de que la historia que nos cuentan es excesivamente simple, vale, no pasa nada porque si lo que se trataba era de homenajear al cine de los ochenta, estaba claro que las tramas complejas no eran lo suyo. Tiene un pase, pero aquí no hay demasiado juego entre los personajes, no hay un villano con empaque, sus intenciones están demasiado diluidas y encima, hay personajes que ya no están y ni se les espera.
¿Hay sangre nueva? Sí, además hay que contentar a todos/todas y por eso tenemos a una ‘photoshopeada’ Megan Fox en un rol absolutamente plano y que no se justifica con nada. Querían a Megan Fox, pues aquí la tenemos. Y eso que además de la saga de Transformers también hizo aquella de Rogue (M.J. Bassett, 2020) en la que no se defendía mal. Aquí parece que era necesario cubrir un cupo femenino y le ha tocado a ella… y a Levy Tran. La presencia de rostros orientales como Tony Jaa o Iko Uwais tampoco se aprovecha lo suficiente como para justificar verla. Durante la película, tenemos la sensación de que algunos actores están cansados de actuar. Al menos todo el peso recae en Jason Statham, que salva los muebles en varias ocasiones.
Y es que mientras vemos Los mercen4rios tenemos la sensación de ver una cinta con demasiadas amistades con la serie B y que parece hecha más para cumplir que para otra cosa. No hay alma en ella, no hay demasiado interés, y esto también se nota sobre todo en su nivel técnico, con unos efectos especiales de calidad media (Waugh ya daba pistas de cual era su baremo en la reciente película de Netflix Hidden Strike (2023), con unos desaprovechados Jackie Chan y John Cena). Ojo, y hablamos de una cinta con más presupuesto que, por ejemplo, The Creator (Gareth Edwards, 2023). Es una muestra de que a veces, es preferible sacrificar reparto y darle a la película algo más de empaque y calidad visual. Pero esto ya va en gustos y decisiones de quién pone el dinero.
Los mercen4rios entretiene, bueno es lo mínimo que la pedimos. No es una película que exija demasiada atención y aunque trata de reciclarse con algunos giros de guion, no pegan con la esencia que tiene, y esto la vuelve bastante previsible. Es poco probable que haya una quinta entrega, teniendo en cuenta la recaudación y al menos en un corto periodo de tiempo, pero como broche final, lo cierto es que no resulta demasiado interesante.
