Tras dejar definitivamente la saga Resident Evil, de la que dirigió cuatro entregas, el realizador Paul W.S. Anderson vuelve con otra adaptación de un videojuego (la tercera de su carrera), igualmente de la japonesa Capcom, concretamente Monster Hunter, la saga fantástica sobre criaturas gigantes de mundos mágicos. Pero Hollywood no puede dejar pasar la oportunidad de darle su toque personal, y aquí la inspiración queda totalmente disipada por una historia que, si no llevase el título de los videojuegos, lo mismo daría.
Partiendo de la base de que tampoco podemos esperar mucho de un título como este, con una sinopsis bastante pareja con las anteriores películas de Anderson, al menos la cinta no engaña y da lo que promete, acción desenfrenada, sin lógica alguna y con una Milla Jovovich en pleno apogeo, una actriz incombustible que parece que no tiene límites en el género de acción.
Monster Hunter tiene principalmente dos elementos que la podrían hacer interesantes. Por un lado su pareja protagonista, Jovovich y el actor tailandés Tony Jaa, con una amplia experiencia en el cine de artes marciales (la saga de Ong Bak es un claro ejemplo de su dominio). Ambos forman un tándem… divertido dentro de la historia (ojo, que no hay comedia, no vayamos a confundir), y se complementan bastante bien. No hay demasiadas escenas de lucimiento entre ambos, pero se agradece la presencia de un actor de la categoría de Jaa en el cine de acción. También aparece por ahí Ron Perlman (¿?), aparece en unos 25 minutos más o menos de película.
Por otro lado el nivel técnico de Monster Hunter podría ser un aliciente para verla. Un despliegue visual atronador en el que lucen decentemente criaturas imaginarias como dragones o arañas gigantes (aquí es donde su conexión con los videojuegos es más palpable). No va a descubrirnos nada, pero al menos es un punto a favor de una película de la que uno espera un poco de entretenimiento pero es que tampoco da para mucho más.
Anderson, que en su día filmó la maravillosa Horizonte final (1997) no ha vuelto a dar en el clavo dentro de la ciencia ficción, si no es tirando de historias sumamente simples, con escenas en ocasiones excesivas y siempre con su mujer como estandarte. Su cine no es que sea un modelo a seguir, le sucede un poco como a Roland Emmerich, ambos son conscientes de sus limitaciones como narradores, pero se vuelcan a nivel de técnica y ritmo.
Monster Hunter no decae, de eso no hay duda, pero su enorme cantidad de fallas como película de acción (al menos de acción contemporánea) no hacen sino que estemos ante un producto de consumo rápido que ni siquiera cumple con los mínimos, y proporciona algunas escenas dignas de cintas de sobremesa. Aún así, si la queremos dar una oportunidad tampoco es que vayamos a perder el tiempo, pero avisados estamos de que no vamos a ver una buena cinta de acción.
