Hablamos de The Collection, película de terror a día de hoy inédita en España pero de la que podemos guardar cierto buen recuerdo. Eso sí, no supera a su antecesora.
El buen sabor de boca que nos dejó a algunos The Collector (2009) parecía que hacía obligatoria una secuela en donde cada uno mereciera lo suyo con justicia y dignidad. Pues así ha sido y el mismo Marcus Dunstan que se encargó de The Collector, ha hecho lo propio y nos proporciona esta segunda parte que, como era de esperar, no alcanza las mismas cotas que la anterior.
Dunstan ha sacado el mismo jugo que sacó con la anterior cinta y lo ha puesto sobre la mesa de forma eficaz, aunque no exenta de ciertas repeticiones que, como suele pasar en este género, no hacen avanzar mucho este tipo de cine. Aún así, con todo y con eso, volvemos a reconocerle el mérito a Dunstan por su manejo de la tensión y las escenas más terroríficas, sin cortarse lo más mínimo y mostrando lo que haya que mostrar, eso sí, dada la historia aquí hay menos carnicería.
El nivel está prácticamente a la misma altura en cuanto a técnica. Pero quizá fallan los personajes. Uno de los principales elementos más interesantes que tenía la primera cinta era su escaso elenco, reducido principalmente al “coleccionista” y a Arkin (ese aletargado Josh Stewart). Ahora el reparto se amplia y no precisamente para mejor, puesto que el grupo que acompaña al protagonista, no destaca principalmente por su interés.

Da la sensación de que Dunstan y Melton (guionistas también de la primera cinta), querían a toda costa un enfrentamiento entre héroe y villano y han intentado no repetir colocando de relleno a más personajes. El resultado quizá habría resultado más interesante sin ellos, pero respetando la historia. Por lo demás, no podemos decir nada que no hayamos comentado anteriormente. Dunstan maneja bien los hilos, pero estos son muy frágiles.
En cuanto al guión, apenas hay novedades. La mayoría de la película corresponde a una persecución entre todos (salvando el espectacular arranque en la discoteca, con sangre por doquier) con escenas más o menos bien enlazadas y resueltas de una forma correcta. El realizador es efectivo, no hay duda, pero tampoco vamos a alabar un texto con frases escasas (prima lo visual) y secuencias resueltas con cierta “potra”.
A nivel visual, la cinta cumple con las mismas expectativas que teníamos con The Collector. Una textura sucia, una fotografía rancia, donde los tonos se vuelven extremos (verdes, azules, amarillos…) La luz vuelve a jugar un papel fundamental y al igual que en la anterior película, es por eso por lo que no es una cinta de terror al uso.
The Collection es una buena secuela, pero se queda ahí, en buena. No arriesga prácticamente nada y muchos de sus personajes parecen colocados para rellenar. Por otro lado, la presencia del propio Stewart (aquí menos protagonista) ameniza muy bien la fiesta.