Mothman: La última profecía

Mothman: La última profecía

The Mothman Prophecies | 2002
17 de octubre de 2021
Point Pleasant, el periodista John Klein empieza a investigar unos extraños avistamientos, sonidos y llamadas misteriosas que apuntan a una leyenda urbana. El problema es que Klein empieza a obsesionarse y a pensar que esa leyenda podría no ser tan ficticia.

Si echamos un vistazo a la filmografía de Mark Pellington (Baltimore, 1962) descubrimos que es un realizador muy ligado al mundo del videoclip y videoarte. No se ha prodigado demasiado desde hace unos años por los circuitos de salas, pero si se ha dedicado a la dirección en la pequeña pantalla, concretamente en series comos Blindspot (2015) que también produce, o Caso abierto (2003). Por eso, el hecho de que haya dirigido una película tan poco común para él como esta, llama especialmente la atención.

Los sucesos de Point Pleasant, ocurridos en los años sesenta y setenta (la película no se ambienta en aquella época) pusieron de manifiesto la fragilidad de la mente humana, creando una paranoia en la zona que, incluso a día de hoy sigue siendo considerandose como un misterio sin resolver. La leyenda del ‘hombre polilla’ suscitó el interés de John A. Keel, un precoz escritor (empezó a escribir libros a los 12 años) interesado en temas paranormales. El relato que Pellington esboza en la película toma pinceladas de aquella historia y lo eleva a un thriller convencional, pero con cierto estilo, muy heredado de sus trabajos en el mundo de la música.

Tampoco es que Mothman: La última profecía sea un videoclip, no lo es, pero en muchas ocasiones juega muy bien con la imagen, el sonido y el montaje, creando confusión y desasosiego, dos sensaciones que sienten los personajes con bastante frecuencia durante toda la película.

Pero la película trata de navegar entre dos aguas, el misterio y el drama. Sobre la primera travesía, poco hay que objetar a una historia bien construida, que genera misterio, y con la que poco a poco nos vamos zambullendo en una historia tan extraña como desconocida para muchos.

Richard Gere.

Donde Mothman: La última profecía pincha es en la parte dramática. En la historia se ha querido dar al personaje de Richard Gere, un trauma con el que arrancar su investigación (en la historia real fue una periodista del propio pueblo quien se empezó a interesar por los avistamientos). Lo cierto es que Gere no es un actor con el que uno le resulte fácil emocionarse, y mucho menos es un actor de dramas tan trágicos como el que aquí se aborda. No consigue transmitirnos el dolor por la pérdida, sino el interés por resolver el misterio. Es ahí cuando nos damos cuenta de que no funciona. Pero no es nuevo, uno de sus anteriores trabajos, Otoño en Nueva York (Joan Chen, 2000), también adolecía de cierta falta de intensidad, convirtiendo su interpretación en bastante convencional.

Toda esa parte no termina de funcionar en una cinta que, por lo demás, resulta altamente entretenida y muy honesta en todo su conjunto. Con un plantel de actores muy bien escogido y correcto, Mothman: La última profecía además cuenta con buenas escenas, no sólo con unos rostros reconocibles.

Película correcta, no se la puede pedir mucho más. Con más carencias que virtudes (recordemos que es el segundo guion de Hatem tras Alerta máxima 2 (Georr Murphy, 1995), pero que en su conjunto puede suponer un thriller con el que es fácil congeniar. No es perfecta, y lo sabe, pero también se toma en serio a sí misma y es consciente de lo que está contando.

Entretenida propuesta que se interesa más por el thriller que por el drama.
5

Dirección
Mark Pellington
Guion
(sobre la novela de John A. Keel)
Richard Hatem
Dirección de fotografía
Fred Murphy
Música
tomandandy
Montaje
Brian Berdan
Formato
2.35:1
Nacionalidad
USA
Duración
119 minutos
Distribución
Filmax
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