Segundo trabajo tras las cámaras de la actriz Olivia Wilde. Sin contar sus obras dentro del cortometraje o vídeoclips, su opera prima fue Súper empollonas (2019), en donde trataba un poco el tema de la madurez/descubrimiento sexual desde el punto de vista cómico de dos amigas un tanto alocadas. Aquí cambia radicalmente de registro y se lanza a contarnos un thriller que, en el fondo, trae algo más bajo el brazo.
No te preocupes querida nos cuenta la historia de Alice y Jack, una joven pareja que vive en una idílica urbanización en mitad del desierto. Los hombres trabajan a diario en una misteriosa corporación de la que no pueden desvelar nada, mientras ellas se quedan en casa ejerciendo las labores más conservadores de la mujer. Detrás de este mundo ¿perfecto? hay algo que Alice sospecha.
La idea de la película surge de la mente de los hermanos Carey y Shane Van Dyke (nietos, por cierto, del mítico Dick Van Dyke, con quien trabajaron en la serie Diagnóstico asesinato). Guionistas y actores ocasionales, ambos han desarrollado su carrera sobre todo escribiendo guiones de películas de dudosa calidad cinematográfica, algunas incluso estrenadas en salas como Atrapados en Chernóbil (Bradley Parker, 2012) y otras en plataformas como The Silence (John R. Leonetti, 2019). En cualquier caso, el guion es de Katie Silberman, que colaboró con Wilde en su primera película.
Aunque la premisa sobre la que planea No te preocupes querida no es especialmente nueva, ya la hemos visto anteriormente (por poner un ejemplo Las mujeres perfectas (Frank Oz, 2004), la apuesta de Wilde se fundamenta sobre todo en el ideal de felicidad, la búsqueda de lo que nos hace felices o de lo que nos permite olvidarnos de cualquier preocupación y centrarnos en la vida contemplativa, siempre teniendo a aquellos a los que queremos a nuestro lado. Un mensaje, absolutamente válido tanto a día de hoy, como hace hace 10 años, por ejemplo.
Sin embargo la trama la intenta mezclar con otras más próximas al thriller que al drama, tramas a las que, por si solas, les cuesta mantenerse, dentro de un guion poco afinado con demasiadas lagunas y demasiados “pase por alto” o “por que la historia lo requiere”. Si bien no hay un excesivo caos en él, si que surgen muchas dudas durante la película que ni siquiera el texto se molesta en explicar, sino que se limita a dejar en el aire, con la idea de generar confusión, intriga… para que la historia resulta más atractiva. Esto puede funcionar en alguna ocasión, pero si se convierte en una parte fundamental de la historia, se corre el riesgo de que todo resulte demasiado impostado. Desgraciadamente uno se ve venir poco a poco el desenlace.
Que Florence Pugh brilla en cualquier papel, no es nada nuevo. La actriz británica es lo más destacable de todo el reparto, con roles bien colocados, pero que no terminan de funcionar a nivel interpretativo. Mientras ella pone toda la carne en el asador, el resto a veces da la sensación de que les cuesta un poco ponerse a su altura, incluso Chris Pine, quizá uno de los rostros más versátiles hoy en día dentro del cine comercial.
No te preocupes querida funciona a medias, su mezcla de realidad con ficción no termina de convencer y si no hubiera una actriz de peso, el resultado sería todavía más desastroso. Es curioso como Wilde, tras un buen debut, no parece haberse encontrado con esa directora fresca y con ganas de contar cosas nuevas. No es una cinta memorable, y tampoco es lo que uno se espera tras una más que interesante carta de presentación.
