Perdida

Perdida

Gone Girl | 2014
25 de julio de 2021
Amy Dunne, una escritora de éxito, desaparece misteriosamente un día. Su marido, Nick despierta recelo y simpatía por ambas partes. Pero la historia esconde algo más.

Una vez más, queda probada la absoluta solvencia de un director tan adorado como odiado, como es David Fincher (Denver, 1962). Y queda probado en una película dentro de un género que conoce casi al dedillo, como se suele decir, como es el thriller. Sólo que aquí se ve mezclado con otros géneros, y resulta de un cóctel con luces y sombras a nivel cinematográfico, pero que en conjunto, supone un aprobado bastante alto.

Perdida es como tener tres películas en una sola. Flynn, que se encarga de adaptar al cine su propia creación literaria, nos describe en tres actos, esta terrorífica historia prácticamente desde tres puntos de vista.

En un primer acto que acapara prácticamente una hora de metraje, asistimos a la propia desaparición e investigación por parte de las autoridades. La narrativa, alterna hechos presentes con pasados, en un lujo de montajes en el que hace partícipe al espectador desde el punto de vista del propio marido y de la desparecida. Todo esto a base de ‘flashbacks’ muy bien administrados y que nos dejan ver la relación tan ¿extraña? que existía entre los Dunne.

El segundo y tercer actos, corresponden a un desenlace del que cuesta hablar sin desvelar parte de la trama (eso que llaman ‘spoilers’), por lo que nos limitaremos a decir que, a partir de aquí, el guion toma otro rumbo, quizá no tan idóneo, pero sí coherente y que nos desvela poco a poco las miserias de las que están construidos muchos personajes.

Ben Affleck y Rosamund Pike.

Pero sin duda Perdida se apoya sobre todo en su elenco de actores (tanto protagonistas como secundarios). Un Ben Affleck solvente, sin demasiadas hechuras y cuya interpretación puede levantar tanto buenas críticas como malas, y es que su inexpresividad durante casi todo el largometraje no ayuda demasiado y sigue quedando claro que donde mejor se mueve es tras las cámaras.

La palma se la lleva Rosamund Pike (cuyo Oscar se lo arrebató Julianne Moore por Siempre Alice (Richard Glatzer y Wash Westmoreland, 2014)) en un rol complejo, lleno de luces y sombras, una mujer que sabe jugar muy bien con su género y el poder qué tiene. Un verdadero retrato del ser humano podrido, infeliz, confuso, peligroso y con una mente excesivamente retorcida. Posiblemente estemos hablando del personaje más complejo de la filmografía de la actriz británica. Pero es el alma de Perdida, y está claro que aporta y mucho.

Es precisamente esa combinación de roles (Affleck y Pike) la que nos desvela en diversas escenas, una película turbia, en donde se hablan del matrimonio, de las relaciones, de la venganza y el miedo, incluso del poder de los medios (¿pretenciosa? puede). Un retrato quizá tendencioso hacia lo misógino, pero que con todas las imperfecciones que tiene (sobre todo a nivel de coherencia en diversas escenas, o personajes un tanto impostados) la siguen manteniendo como un ejercicio solvente. No es quizá la obra más interesante de Fincher, por que tampoco tiene mucho de él, pero conviene rescatarla sobre todo por lo bien escrita que está y porque tiene una historia que, a pesar de su duración, en ningún momento se resiente o se hace tediosa.

Perdida es una cinta para verla con tranquilidad, que deja poso y que muestra a un buen director rodeado de un buen reparto en una truculenta historia que juega, literalmente, con el espectador hasta desembocar en un final terrorífico y esperanzador al mismo tiempo.

Incluso con sus imperfecciones, que las tiene, es un ejercicio bastante solvente.
8

+Info
Dirección
David Fincher
Guion
(sobre la novela de Gillian Flynn)
Gillian Flynn
Dirección de fotografía
Jeff Cronenweth
Música
Trent Reznor, Atticus Ross
Montaje
Kirk Baxter
Formato
2.39:1
Nacionalidad
USA
Duración
149 minutos
Distribución
20th Century Fox
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