Simon West es un experimentado director de acción, con un estilo bastante clásico a la hora de rodar. Aunque se apoya bastante bien en la tecnología, sus películas no dejan de ser muy “accesibles” para un público poco exigente. Quizá por eso desde hace unos ocho años no vemos ningún título suyo en la cartelera, ya que sus últimas películas se estrenan directamente en el mercado doméstico o en plataformas de “streaming”, a pesar de tener a nombres de calado como Antonio Banderas, Dominic Cooper o Jason Statham.
Las aspiraciones de Skyfire no van mas allá del mero entretenimiento. Si bien el cine de West, como hemos dicho, es un cine de acción muy clásico, tampoco esperemos encontrarnos demasiada enjundia en sus historias. Pone sobre el papel cuatro o cinco escenas de acción, con algo de tensión y bastante previsibilidad y, prácticamente, ha salvado la propuesta si estamos dispuesta a pasar un rato aceptando todo lo que vemos. Incluso su dilatado ¿doble? final no sirven tampoco para condenarla, pues estamos ante un producto absolutamente honesto con lo que vende.
Skyfire también navega sobre el drama, como lo suelen hacer las cintas de catástrofes (no olvidemos que, aunque sea de acción no deja de ser una cinta de catástrofes). Un drama que, como es habitual en este tipo de historias, siempre hace alusión al perdón y a la culpa. No es que sea un drama con demasiadas emociones, pero siempre aporta (o trata de hacerlo) algo de realismo a los personajes.
Aquí, el protagonista es el volcán, es el entorno, es el grupo de personajes. Entre todos conforman la receta para que Skyfire nos proporcione las dosis adecuadas de entretenimiento y acción mínimas exigibles en un producto de esta categoría. Hay que ser conscientes de qué película se trata, y hasta ella misma lo sabe y es conocedora de cuándo se puede tomar en serio y cuando no.
West se ha rodeado de un equipo técnico solvente, al igual que el reparto, muchos de ellos han participado en algunas producciones taquillera de Hollywood, aunque sin demasiada repercusión. La presencia del británico Jason Isaacs quizá le da a la película un aire algo más internacional. Aunque tampoco es que tenga muchos minutos en pantalla.
Que las últimas películas de Simon West no se hayan estrenado en salas, es un indicativo de lo poco que gusta entre los exhibidores, a pesar de que si ha habido títulos estrenados en salas, el último Los mercenarios 2 (2012). Teniendo como antecedente otra película similar, como es Alerta roja (Kim Byung-Seo y Lee Hae-jun, 2019) no es de extrañar que ésta tampoco se pueda ver en los cines.
De momento no hay anunció de edición física, pero podemos verla a través de Filmin y de la plataforma de Movistar +.
