Con la agenda enfrascada en El despertar de la fuerza (2016), J.J. Abrams deja el testigo de la saga “trekkie” a Justin Lin, experto en el cine de acción, como ha demostrado con sus aportaciones (cuatro en total) a la saga de A todo gas. En esta nueva entrega, bajo el acompañamiento de «Más allá», se intenta sacar a relucir algunos elementos que hicieron a la serie clásica, objeto de culto hoy en día.
Y es por eso, quizá, por la que está Star Trek: Más allá, trate de introducirnos más en el equipo de la Enterprise, sin dejar a un lado una historia tan clásica como la que viene arrastrando, la de la tripulación atrapada en un planeta recóndito tratando de escapar de las garras de un villano (bastante flojo, por cierto) que sólo ansía la destrucción vagamente justificada.
A pesar del cambio de director, la saga no parece acusar demasiado los diferentes estilos. Mientras que Abrams apuesta por una aventura más que por una acción, Lin se decanta por lo segundo, y es por eso que quizá la acción en esa nueva, es escasa pero algo más intensa.
Sigue sin dar demasiado respiro, pero al intentar ahondar más en los personajes (algo que no estamos acostumbrados a ver en su cine), ciertas partes quizá rompen el ritmo, pero se compensa, ya que sirven para aportar interés a la trama.
Pero se echa en falta algo más de intensidad en la película. Los personajes parecen no haber experimentado mucha evolución (quizá Kirk y Spock los que más). Se mantienen los secundarios (aquí Pegg es también guionista) y se añaden algunos nuevos, pero poco más en una película a la que le hace falta algo más.

Y no estamos diciendo que Star Trek: Más allá no sea una cinta entretenida, quizá no tanto como gustaría, pero tampoco desluce demasiado si la juntamos a las dos de Abrams (algo que resulta inevitable), sin duda un verdadero ejemplo de cómo revitalizar una saga en decadencia. Lo que es innegable es que a la cinta le hacen falta pretensiones.
El conflicto entre la idea de seguir adelante o buscar nuevos retos, por parte de Kirk viene quizá a reflejar una necesidad por parte de esta saga. Quizá sea necesario buscar nuevas tramas, aunque seguramente perdería la esencia, pero tampoco conviene olvidar que el listón puesto por las dos cintas anteriores, era bastante, bastante alto. Lin ha demostrado ser solvente, pero no estar a la altura.
Star Trek: Más allá es entretenida, habla más sobre los personajes, se intenta hacer un hueco entre muchas cosas y el resultado no deja tampoco indiferente. Algo más de fuerza y una trama con más recovecos, habría ayudado a convertirla en una digna tercera entrega.
Desgraciadamente se queda en una película correcta, entretenida y nada pretenciosa, lo cual no hace presagiar nada bueno si tenemos en cuenta que habrá otra película y que tampoco estará Abrams tras las cámaras.
Aún así, y sin deslucir el resultado por completo, se puede disfrutar igualmente, con escenas memorables y como siempre, el nivel técnico es abrumador, pero bueno eso a día de hoy tampoco es que sorprenda demasiado.
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