Roland Emmerich (Stuttgart, 1955) comenzó su periplo en Hollywood de una forma un tanto irregular, con cintas que rozaban las temáticas de la ciencia ficción, la aventura e incluso el thriller. No fue hasta el estreno de Soldado universal (1992) cuando recibió gran parte del apoyo del público. Aquel éxito (en gran parte por su dúo protagonista) permitió tanto a él como a su socio Dean Devlin (a quien también había dirigido en Estación lunar 44 (1990)) volver a trabajar juntos como guionista y director. El resultado de su segunda colaboración fue Stargate: Puerta a las estrellas.
Si indagamos un poco sobre los orígenes de la película podremos encontrar cosas como acusaciones de plagio o malas críticas por parte de miembros del equipo antes de rodar por lo malo del guion, incluso James Spader confesó hace años que hizo la película por dinero. Lo cierto es que el guion de Stargate: Puerta a las estrellas, deja demasiados interrogantes, así como da por sentado demasiadas cosas. Bueno, no es lo fuerte de Emmerich. Sus historias siempre se han caracterizado por ser entretenidas o pretender serlo, algo que en su mayoría de veces consigue. Aquí, tenemos una historia un tanto disparatada, pero que una vez entramos en ella, resulta entretenida de ver. No pretende ser ni una clase de egiptología o una cinta de pura acción. Lo más interesante de Stargate está en su factura, hecha casi a la antigua usanza.
Una hábil mezcla de efectos prácticos y algunos hechos ‘a posteriori’ la confieren ese toque casi artesano en cuanto a nivel técnico. La película no pretende tampoco ser el estandarte en cuanto a efectos especiales. Es totalmente consciente de lo que es, aunque a veces se viene un poco arriba, y también conoce sus limitaciones.
Su peor golpe se lo lleva el guion, sí era cierto. La historia de Stargate (que años después reciclaría en parte el propio Emmerich para 10.000 (2008)) sobre la civilización oprimida que es liberada por un ‘mesías’ no resulta especialmente novedosas y se quedan en el camino algunos detalles. El desarrollo de la historia está bien, aunque el final resulta exageradamente atropellado y pretencioso. Se agradece que a Emmerich (y seguramente también a Devlin) le gusten las escenas de masas, pero aquí todo queda diluido por cierta confusión que no termina de hacer algo creíble ciertas escenas.
También hay que sumar que el villano (muy bien interpretado por el actor Jaye Davidson) apenas tiene presencia, sus motivaciones no están bien definidas y, siendo sinceros, sus secuaces/guardias/ejército/lo que sea es prácticamente inexistente. ¿Sólo con eso es capaz de tener a raya a toda una ciudad? Es obvio que falta algo o por contar o que no se quiere contar.
James Spader, Kurt Russell, Mili Avital… todos hacen lo que pueden en sus respectivos roles, pero ya sabemos que los personajes para Emmerich no son especialmente tratados de una forma profunda. Hay cierta profundidad en Russell (el drama sobre la pérdida de su hijo), pero igualmente, se diluye prácticamente después de su presentación.
Stargate: Puerta a las estrellas es cine de entretenimiento, de evasión, hecho como ‘antes’, con un guion poco consistente y un final demasiado atropellado (no se si las serie completaría algo). Sin ser ni mucho menos un producto redondo, como cine palomitero funciona perfectamente.
En 1994 Disney seguía dominando la taquilla, esta vez con El rey león (Roger Allers, Rob Minkoff, 1994). Fue la cinta que más recaudó, la siguieron Forrrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), La máscara (Charles Russell, 1994) y Mentiras arriesgadas (James Cameron, 1994). La película de Disney se quedó a las puertas de los 1000 millones de dólares en todo el mundo.
Por su parte, Stargate: Puerta a las estrellas, con un presupuesto de 55 millones de dólares era considerada como una gran superproducción. Recaudó casi 200 millones. Eso sí, pocas críticas veremos defendiéndola, aunque el público parece que respondió de una forma totalmente diferente.
Más allá de la película, se han hecho series como Stargate SG-1 (1997), Stargate: Atlantis (2004), SGU Stargate Universe (2009) y la miniserie Stargate: Origins (2018) protagonizada por el personaje de Catherine Langford, que en la película da vida Viveca Lindfors. También se hicieron tres películas directas a vídeo Stargate: El arca de la verdad (Robert C. Cooper, 2008), Stargate: El continuo (Martin Wood, 2008) y Stargate SG-1: Children of the Gods (Mario Azzopardi, 2009). En algunas cintas aparecían actores y personajes de la película de Emmerich.