Denzel Washington y Antoine Fuqua repiten en la que supone la primera secuela para ambos. La segunda (y parece que última) entrega de The Equalizer promete (y da) prácticamente lo mismo que su primera entrega, aunque quizá algo menos de acción para dar un poco más de respiro al personaje y tratar de indagar en su faceta más humana.
Fuqua sabe que el inesperado éxito de The Equalizer: El protector se debe sobre todo a la presencia de Washington, como ese taciturno agente retirado capaz de romperte la mano con sólo un giro de muñeca. Contar con él para esta segunda película era algo más que una obligación.
Washington repite pues, en un rol que le viene perfecto, no le sobra ápice alguno a su personaje y, aunque a veces desearíamos saber más sobre él, la información que nos dan con cuentagotas nos hace tener una idea bastante clara de quien es, de su pasado. Y es que Fuqua, vuelve a contar con Richard Wenk para guionizar la secuela, y con él regresan las escenas de acción.
Pero no nos dejemos engatusar con The Equalizer 2. La cinta está muy correcta pero la historia no da para mucho más. Cintas similares como la saga John Wick o la trilogía de Venganza, ya explotaron el personaje del justiciero tranquilo, convirtiendo (o reinventando, en el caso de Reeves) a sus protagonistas como nuevos héroes del cine de acción.
La película se desarrolla con bastante tranquilidad, pero nunca nos deja que nos despistemos, gracias a pistas o nuevos personajes, que poco a poco van tejiendo una trama que, aunque bastante simplona, por lo menos no cae en lo ridículo. Eso sí, que nadie se espere muchas sorpresas, porque The Equalizer 2 no las guarda bajo ninguna manga.
Quizá se reserva lo mejor para su final, una secuencia bastante imaginativa y que supone un buen colofón para la película, a pesar del descafeinado duelo final entre protagonista y antagonista.
Me cuesta ver una tercera entrega de esta entretenida duología, y más me costaría ver a otro actor que no fuera Washington. Creo que la historia del personaje está bastante bien cerrada, y posiblemente una tercera película sería demasiado redundante en muchos aspectos.
Cine pues, para entretener, sin esperar novedades, con un protagonista de renombre, solvente y con escenas de acción bien rodadas. Seguramente si te gustó la primera película, pasarás tranquilamente por esta secuela con agrado.