Un lugar tranquilo 2

Un lugar tranquilo 2

A Quiet Place Part II | 2020
20 de junio de 2021
Tras los incidentes sucedidos en la granja de los Abbott, éstos deberán iniciar el camino hacia un nuevo hogar. Durante su periplo dan con Emmett, un amigo de la familia. En su pequeño refugio, la joven Regan (Millicent Simmonds) descubre lo que podría ser una salvación no sólo para ellos, sino para todo el mundo.

Dos años después (y una pandemia) del estreno de Un lugar tranquilo (John Krasinski, 2018) nos llega la esperada segunda parte que intenta, por todos los medios, mantener el nivel con el que nos pegó al asiento aquella cinta, una de las obras del suspense/terror más interesantes de los últimos años.

Krasinski, que aquí navega en solitario a la hora de escribir el guion, se esfuerza y mucho por tratar de expandir lo que ya nos contaba en aquel primer título. Manteniendo el nivel pero, obviamente, perdiendo el factor que engrandeció aquella película, conocemos más detalles y eso siempre es bien. Y es que Un lugar tranquilo 2 (John Krasinski, 2020) es una digna secuela, a pesar de que sus novedades no sean tan abundantes como quisiéramos.

A pesar de las reticencias de Krasinski para dirigir. No podía ser menos que el realizador mantuviera muchos de los elementos que hicieron interesante su primera parte, por lo que en este sentido perdemos algo de ‘magia’ y la película no resulta, en general, tan novedosa.

Pero a pesar de eso, el disfrute y la tensión durante prácticamente todo el metraje, logran encajar a la perfección en una función que, hasta resulta corta. Y es que el ritmo impreso en ella es quizá una de sus muchas virtudes técnicas. Krasinski sabe que su guion no es perfecto (también le pasaba en la anterior) pero lo logra compensar con una realización sofisticada por momentos y, sobre todo, con la utilización del sonido y un soberbio montaje que ya solos, valen mucho.

El espectacular arranque de Un lugar tranquilo 2 es casi igual de intenso que el de la primera película, sólo que aquí el dramatismo improntado en aquella, deja paso a la acción/tensión, que sin duda nos ponen en aviso sobre lo que vamos a ver. La utilización del sonido, la imagen y los silencios en este ‘flashback’ a modo de inicio, suponen una más que increíble carta de presentación para la película, ya no sólo por adelantarnos quien se va a comer todo el percal de la historia, sino porque nos sumerge de lleno en la acción y nos hace recordar lo que ya vivimos.

Noah Jupe, Millicent Simmonds y Emily Blunt.

Tras este apabullante prólogo, sin dilación, pasa a enlazar con los sucesos finales de Un lugar tranquilo (2018) (literal). Esa continuidad, ese hilo, es lo que inicia un “no parar” durante noventa intensos minutos.

Pero Krasinski va mas allá y se permite el lujo (muy bien ejecutado, además) de jugar con el montaje en varios pasajes (una suerte de montajes en paralelo), otorgando a la historia una instantaneidad que pocas veces hemos visto en producciones actuales. La película, como su antecesora, vuelve a alternar de forma sublime, momentos dramáticos (la calma), con momentos de acción (la tormenta). Esa montaña rusa de emociones, es su principal atractivo.

Con estas buenas mimbres (además de un reparto que continúa siendo eficaz y magnífico), la película vuelve a sobrevolar prácticamente sobre los mismos temas, aunque con matices. La familia sigue siendo el eje central, solo que aquí la unión no hace la fuerza, sino que podría aplicarse aquello de ‘divide y vencerás’.

Pero todo el protagonismo se lo lleva la joven Millicent Simmonds, en un rol maduro, complejo y ejecutado con sencillez. Su hilo narrativo es más aventurero y atractivo, no hay duda, pero debajo de él planea la sombra de la culpa, de la necesidad de demostrar lo que valemos. Precisamente un papel con un pasado tan duro, convierten a su personaje en un icono durante toda la película, generando incluso más interés que el de la propia Emily Blunt (maravilloso ese fugaz viaje que hace de nuevo hacia su casa).

A la fiesta se les une un siempre correcto Cillian Murphy. Ya sólo la presencia del irlandés (más acostumbrado a roles de villano, quizá) merece un visionado. Un actor tan completo como él siempre aporta a la historia más que una cara conocida. Aquí, es como aquel padre ausente, como aquel viudo que busca, de alguna forma, la redención o una recompensa por todo lo que ha pasado.

Resulta inevitable no sufrir por los personajes (perdedores todos ellos, pero con una feroz capacidad de supervivencia), no mantenerse pegado al asiento… todo ello con un pulso narrativo que, de nuevo, vuelve a colocar a Krasinski como un director a redescubrir.

Una intensa secuela que, sin temor a decirlo, está a la altura de la anterior.
7

Dirección
John Krasinski
Guion
John Krasinski
Dirección de fotografía
Polly Morgan
Música
Marco Beltrami
Montaje
Michael P. Shawver
Formato
2.39:1
Nacionalidad
USA
Duración
97 minutos
Distribución
Paramount Pictures
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