El cine norteamericano sigue, a pesar de que han pasado unos años ya, exorcizando los ataques del 11 de septiembre, dejando de lado aún (hasta que alguien se atreva), el lado más humano y dramático de aquello, y centrándose sobre todo en lo unido que estaba el país y en cómo lucharon contra viento y marea por derrotar al enemigo.
El productor Jerry Bruckheimer, centrado en los últimos años en la producción televisiva, pero con una trayectoria en cine muy reconocible, no había tocado uno de los hechos históricos más dramáticos de la historia de los Estados Unidos, y conociéndole, era raro que no lo hubiera hecho. Con 12 valientes parece quitarse esa espina, a pesar de no contar con demasiadas buenas herramientas.
La película parte con una buena materia prima para construir, prácticamente, un enorme ensalzamiento americano de sus grandes hazañas bélicas. Y en el fondo la película es lo que cuenta, a pesar de que detrás de esto haya ciertos aspectos que le otorgan algo de originalidad al asunto.
Pero el principal lastre es su guión, demasiado denso, con pasajes hasta incluso aburridos que pueden obligar a desconectar al personal. Da la sensación de que el tándem Craig/Tally para quienes el cine bélico es totalmente ajeno en su dilatada carrera, se han querido poner excesivamente puntillosos y técnicos con la historia, y el resultado dista mucho, hasta incluso de entretener, si es que realmente se busca eso en algún momento de la película.
12 valientes cuenta, eso sí, con un sólido reparto. Tanto Chris Hemsworth (que aparece junto a su mujer en la vida real, Elsa Pataky), como el siempre solvente Michael Shannon o Michael Peña, retratan muy bien al soldado americano, un tipo rudo, con cierto carácter diplomático (esto posiblemente pueda estar decorado), pero en el fondo belicoso y absoluto cumplidor del deber.
Y es que la película no es ni más ni menos que una nueva expresión de la maquinaria publicitaria norteamericana, salvo que, en esta ocasión, y dado el malogrado guión, no podemos hablar de una maravilla, sino más bien de todo lo contrario.
12 valientes se hace larga, excesiva y redundante, demasiado puntillosa cuando no debería y trata de recrearse en detalles que, al final, poca importancia tienen, dando la sensación de que mucho metraje es de relleno. A pesar de la solvencia de sus protagonistas, y de lo estereotipado de todo lo que vemos, al menos las escenas de acción (que no son muchas), se salvan de este subproducto bélico.