La llamada “inteligencia artificial” ya está en nuestras vidas y el cine no es ajeno a ello. A pesar de que hace tiempo que se han estrenado varias producciones sobre este fenómeno, algunas incluso hace muchos años cuando ni siquiera se planteaba, nos llega ahora una nueva cinta en donde, de nuevo, se mezcla con el thriller.
Her (Spikie Jonze, 2013), Ex Machina (Alex Garland, 2014) o la más cercana The Creator (Gareth Edwards, 2023) tratan la inteligencia artificial desde diferentes puntos de vista que podrán resultar más o menos interesantes para el espectador. Pero debajo de sus historias, subyace siempre algo más. Los ‘robots’ son una mera excusa o el camino para el fin de la propia película, que puede ser hablar de la soledad, de la necesidad de tener emociones, o de salvar a la humanidad y enmendar errores del pasado. Pero de vez en cuando pueden surgir historia que, mezcladas con el thriller, también pueden contar algo más, me viene a la cabeza la película M3GAN (Gerard Johnstone, 2022).
Desgraciadamente S.K. Dale no ha conseguido lo que quizá se esperaba, hacernos reflexionar sobre si la IA es necesaria, si nos ayuda, o sobre si tenemos que tener cierto control sobre ella. Y no lo consigue sobre todo porque la historia que nos cuenta, ya nos la sabemos. Y es que Alice (Subservience) reúne muchos clichés que ya conocemos y que además, no aportan demasiado a una historia sobre este tema, principalmente porque si quitamos el personaje principal, Alice, y lo sustituimos por un humano, la historia podría resultar igual de manida.
Ni la presencia de una “super retocada” (aunque ella diga que no) Megan Fox logra levantar un ejercicio totalmente estándar, sin alma alguna. La absoluta indiferencia que despiertan todos los personajes de la película no ayuda a que conectemos y a que nos interese lo que nos cuenta. Esta especie de “mujer bicentenaria” no termina por funcionar, quizá como película de entretenimiento olvidable, pero no mucho más.
Su mezcla entre el thriller y la ciencia ficción prometía. Y prometía a pesar de que su historia no resulta especialmente llamativa. Una serie de escenas, algunas sorprendentes, y un tratamiento tan poco profundo de los personajes ahondan más en sus defectos. Como producción, bien podría pasar por una cinta de plataformas, la verdad.
Dale en su segunda película (debutó con Fox en Till Death. Hasta que la muerte nos separe (2021)) ha contado con el guion de dos debutantes, Will Honley y April Maguire. Entre ambos no aportan realmente nada notable, y prefieren que la historia se alimente de clichés que tratar de profundizar en otras cosas. Tampoco creo que haya sido ese su objetivo en algún momento.
Alice (Subservience) es una película más del montón, una oportunidad perdida de explorar otros aspectos de las IA y ni siquiera dos caras bonitas como la de Fox o la del italiano Michele Morrone (protagonista de esa saga pseudoerótica llamada 365 días) consiguen despertar un mínimo interés. Posiblemente la olvidemos al poco de terminar. Lo bueno es que la película dura poco.