Bloodshot es la primera adaptación de un cómic de la editorial Valiant, fundada a finales de los ochenta por el ex de MARVEL Jim Shooter. La historia es una especie de mezcla entre Lobezno y los Unisol.
El encargado de esta cinta de acción con aspiraciones a blockbuster, es el debutante Dave Wilson. Su carrera se ha desarrollado sobre todo dentro del mundo de los efectos especiales y los videojuegos. Además se encargó de una de las historias de la serie Love, Death & Robots.
Para que la cinta pegase fuerte en taquilla, el reparto está encabezado por Vin Diesel, estrella de acción que, poco tiene que demostrar ya, y su papel básicamente se reduce a tratar de conseguir cierto gancho entre el público. Todos sabemos las limitaciones interpretativas de Diesel (que tiene mucho carisma, de eso no hay duda) por lo que podemos hacernos una idea de que las interpretaciones no son el fuerte de Bloodshot. Ni siquiera la presencia de Guy Pearce hace destacar a los intérpretes.

A nivel de historia, estamos ante una cinta de iniciación, ante el origen de un personaje. Resulta complicado encontrar cosas nuevas en este aspecto, por lo que es bastante probable que no nos encontremos con algo nuevo.
La película donde más fuerza cobra es en el apartado visual. Tanto Wilson como la producción (encabezada por Neal H. Moritz, productor de las sagas de A todo gas y xXx) no han reparado en gastos a la hora de poner toda la carne en el asador de los efectos especiales. Pero aún así, la falta de un presupuesto holgado para este tipo de productos, es patente.
Bloodshot podría ser el inicio de un nuevo universo de superhéroes, pero todo dependerá de la respuesta del público ante esta primera entrega.
Una película floja, con una historia que está bien, pero la falta de definición de muchos personajes dejan a la luz muchísimas carencias que, difícilmente se podrían solventar en una segunda cinta. Los villanos están muy mal construidos y la base sobre la que se construye la trama principal, aquí es excesivamente simple y hasta manida.