Cuando en el 2002 se estrenó xXx, de Rob Cohen, muchos vaticinaban una nueva franquicia de acción protagonizada por el forzudo Vin Diesel, que venía de triunfar con A todo gas (Rob Cohen, 2001). El resultado de aquel esperpéntico ejercicio de pirotecnia y acción fue todo un logro y la cinta consiguió un pequeño hueco en las listas de taquillazos de aquel año.
Pero Diesel pareció centrarse más en los coches que en los tiros (aunque luego acabaran mezclándose) y abandonó la secuela mientras el rapero y actor Ice T le sustituía con peor fortuna, ya que xXx 2: Estado de emergencia (Lee Tamahori, 2005) no le llegaba ni a la suela del betún de la primera entrega. Eso sí, contaba al menos con la carismática presencia también de Samuel L. Jackson.
Ha llovido mucho desde el 2002 y Diesel, ya asentado en el “star system” del cine de acción, retoma el personaje del excéntrico Xander Cage, un auténtico yonqui de los deportes del riesgo, que tiene carta blanca para hacer lo que sea por su país, siempre que se trate de un asunto de seguridad nacional, y aquí se trata de recuperar un dispositivo que permite controlar los satélites militares que pululan por el espacio (ahí es nada).
Pero a pesar de la experiencia adquirida en el género y de una trayectoria labrada básicamente en la saga de A todo gas, donde ha aparecido en siete de las ocho películas, con esta xXx: Reactivated (D.J. Caruso, 2017), no consigue ni siquiera que sintamos cierta empatía por su personaje, del que ya sabemos que saldrá ileso al final de la película. Nada nuevo.
Al igual que sucedía con la primera, aquí la trama parece casi sacada de una novela de Ian Fleming pero sin gusto alguno, y su principal error es que intenta superar a la primera. Digo intenta por que no lo consigue, desgraciadamente. La frescura, el carisma de los personajes y ese toque de inexperiencia que tenía Diesel por aquel entonces, aquí desaparecen, proporcionándonos papeles absolutamente lisos y faltos de interés. Sí, sale Samuel L. Jackson, pero eso no lo es todo.
xXx: Reactivated (espero que algún día alguien explique por que traducir al inglés su título… del inglés), desaprovecha incluso hasta su reparto, lleno de rostros del cine de acción de la talla de Donnie Yen, Tony Jaa o Kris Wu, o nombres más conocidos como Toni Collete o Ruby Rose. Les proporciona personajes casi vergonzosos, con poca profundidad y muy estereotipados, lejos del carismático Yorgi que interpretaba Marton Csokas en la primera xXx, o el de Yelena, a la que daba vida Asia Argento. No eran papeles precisamente de Oscar, pero al menos resultaban inquietantes y tenían cierta gracia.
D.J. Caruso, que es capaz de dirigir títulos estimables como Disturbia (2007) o La conspiración del pánico (2008), no ha logrado levantar la saga y su pobre dirección acrecenta aún más uno de los principales problemas de la película, su ritmo.
Que una película de acción te resulte, en algunos pasajes, aburrida o que parezca que no sabe dónde ir, es un lastre y de hecho desconecta por complejo al público, dejando en evidencia las carencias más importantes de ésta. xXx: Reactivated no cuaja y lo peor es que tiene a Diesel de protagonista que, si bien es una despedida del personaje, no va a ser recordada precisamente por ser buena.
Y es que hay sagas que es mejor no tocarlas, dejarlas como están y quizá algún día, si hay una buena historia y buenas ganas, y sobre todo un guión con auténticos giros de guión, no como el que ha escrito Scott Frazier, quizá podamos asistir al verdadero resurgir de Xander Cage.