La ciencia ficción “low cost” (de bajo presupuesto), ha tenido ya en el cine numerosas aproximaciones. Se me vienen a la cabeza títulos como En la puerta de casa (Chris Gorak, 2006) o Primer (Shane Carruth, 2004). Son títulos con ideas potentes que, planteadas con escenarios mínimos, presupuestos ínfimos y repartos poco conocidos, pueden dar como resultado una interesante historia.
Con esa idea, el ilustrador y guionista James Ward Byrkit (si te suena Rango (Gore Verbinski, 2011), la historia es de él) construye una cinta con bastante interés y cuyo principal logro reside en contar con un presupuesto ínfimo pero una idea muy interesante.
Coherence (que nos llega a España con dos años de retraso) quizá no sea lo que uno espera, no hay elaborados efectos especiales ni un reparto de estrellas, pero su guión está tan sumamente bien pensado que no hay lugar a dudas para tomársela muy en serio.

A la sólida base científica de su guión habría que añadir un efectivo elenco de actores, no precisamente conocidos (nos puede sonar quizá el rostro de Nicholas Brendon, de la serie Buffy), que le aportan mucha credibilidad e interés a la película. El guión, no sólo aporta detalles, sino que se permite, con el avance de la película, de navegar entre varios géneros, la comedia, el drama e incluso el thriller.
Coherence es una cinta muy disfrutable, no apta quizá para todos ya que su premisa y su puesta en escena se salen fuera de lo comercial, de lo que el público más convencional está acostumbrado a ver en un producto de ciencia ficción.
No es la densidad, por ejemplo, de Primer (Shane Carruth, 2004), sino que apuesta más por involucrar al espectador, por hacerle pensar y partícipe de lo que sucede en pantalla, a base de pistas y datos.
Una película sin duda mejorable, pero muy interesante de ver si nos despojamos de muchos prejuicios y de muchos clichés. Coherence es una ciencia ficción casi exclusiva, con base científica y una mezcla de géneros en su guión que la convierten en un producto verdaderamente atractivo.