Segunda película del director catalán David Casademunt, tras el documental sobre el grupo Rumbra Tres, Rumbra Tres: De ida y vuelta (2016). Casademunt afronta en si su primer largometraje de ficción, apadrinado por la productora Rodar y Rodar (artífice de éxito de Bayona, Calparsoro, Oriol Paulo o Guillem Morales. El páramo (La bestia en sus inicios de pre-producción) es una película que bebe del thriller, del drama y del terror, todo ello enmarcado en una época poco habitual en el género español.
La sencilla, pero efectiva, premisa de El páramo sugería un producto interesante, que a pesar de no plantear una historia con muchas novedades (insisto, a priori) podría despuntar como un producto menor y bien hecho. Pero el problema de El páramo es que no es demasiado directa con su mensaje, y ello la traslada a un terreno difuso, con alguna pincelada interesante, pero en general un producto muy deslucido.
A pesar de que no sea una película realmente interesante, si que habría que alabar el intento de Casademunt (que escribe la cinta junto a Martí Lucas y Fran Menchón) de dar al género algún que otro giro interesante, aportando elementos poco habituales, como un elenco reducido al mínimo número, o la época en la que se desarrolla la acción, que, a pesar de no estar muy definida, nos coloca en una visión histórica y social poco vista en el thriller.
Es pues que El páramo tiene elementos interesantes, como el reparto, la ambientación, la música, el contexto… sin embargo el resultado es realmente flojo, proporcionando pocos momentos memorables y bastante mas con cierto aburrimiento. No es que uno vaya a esperar un ejercicio de tensión máxima durante su hora y media aproximadamente, pero al menos que lo que nos cuente nos lleve a algún sitio, y con la película en cuestión, realmente no.
Una película que toca temas como el trauma infantil, la soledad o los miedos, todo ellos ambientado en una sociedad patriarcal, masculina… pero de ahí la película no pasa mucho más. Trata de camuflar su pobre historia con elementos fantásticos, pero ni siquiera consigue eso, porque no se le ha dado el suficiente peso a estos elementos (poca presencia de la criatura) como para que tengan algo de protagonismo.
La película es un tanto lenta, algo innecesario; las interpretaciones son correctas, tampoco podemos destacar demasiado a la protagonista, Inma Cuesta, o siquiera a Roberto Álamo, cuya presencia, siempre despierta interés y suele ser garantía de personajes interesantes… aquí no.
De valores muy clásicos, El páramo no descubre nada, es una película con buenas mimbres, pero con una ejecución muy convencional y hasta aburrida por momentos. Una oportunidad desaprovechada para una historia que en manos de un, por ejemplo, Guillermo del Toro, habría logrado un resultado bastante más aceptable.
Ya no nos resulta tan extraño el saber que una película que se puede ver en ‘streaming’, podía haberse estrenado en cines. El caso de El páramo es uno más, su estreno estaba previsto para Octubre del 2021, pero la pandemia y el interés de Netflix en ella, la convirtieron casi al instante en carne de plataforma.
Dado que Netflix ha pagado por su exclusividad, sólo se puede ver en su plataforma.