Vuelve uno de los nombres más conocidos del cine de acción, Schwarzenegger. Y lo hace con una cinta bastante sencilla y entretenida. El regreso a la gran pantalla del protagonista de Terminator (James Cameron, 1984), quizá no haya sido todo lo sonado que muchos se esperaban. El que antaño fuese un icono del cine acción (para algunos sigue siéndolo), ya ha pasado a la historia del cine como uno de los actores con más cintas del género, algo de lo que (guste o no) se puede sentir orgulloso.
El último desafío nos devuelve a un Schwarzenegger bastante reciclado, bastante suave y bastante descafeinado, a pesar de sus intentos por tratar de hacer olvidar a muchos, su paréntesis político que lo ha mantenido alejado de los cines durante una larga temporada. Si todo eso le ha merecido la pena, supongo que sólo el tiempo se lo dirá.
Partiendo de la base de que el director sabe perfectamente las limitaciones del género y que la estrella absoluta es (y tiene que serlo) Schwarzenegger, El último desafío no se atreve a ir más allá. Y no se atreve, sobre todo porque no lo necesita. Es una cinta entretenida, sin pretensiones y que parece querer ser la carta de presentación del regreso de una estrella como es “Arnie”. Al menos por lo que a mí respecta, ha conseguido su objetivo.

La cinta no alardea de tanta tecnología y pirotecnia como la mayor parte del cine de acción que puebla las carteleras, cosa que se agradece. Quizá el género se haya visto muy sobrecargado de efectismos, por lo que cuando nos llega una cinta de estas características algunos lo agradecemos bastante.
El nivel interpretativo está justo, pero es que tampoco podemos pedirle más. El último desafío cuenta con actores solventes en papeles justos (incluso el villano). No hay por qué buscarle más, sabiendo de antemano el resto. Se trata de personajes con poco desarrollo (el malo es malo y el bueno el bueno) con algún que otro intento de profundizar en ellos, pero todo queda en eso, en intento.
La cinta es sumamente entretenida, recuerda quizá a títulos de hace unos años, por lo que a los nostálgicos les pueden venir otras películas a la memoria. La interesante mezcla de géneros (acción, western, un poquito de drama, comedia…) hace que todo quede con buena armonía que haya buen rollo en general en toda la película sin olvidar la historia, por supuesto.
El último desafío es un buen retorno para Arnold. Quizá un título más potente no habría resultado, siempre es mejor empezar poquito a poco, además de que, sinceramente, la estrella no está tampoco para muchos trotes (hablamos de que ya pasa los sesenta años).