Nueva cinta protagonizada por Hanks que va directamente a plataforma, y de nuevo a la de la gente de Cupertino, Apple TV+. Tras la buena acogida de Greyhound: Enemigos bajo el mar (Aaron Schneider, 2020), el actor y productor repite con la plataforma en una película de ciencia ficción con tintes dramáticos.
Finch está dirigida por Miguel Sapochnik. Supone su segundo largometraje, el primero fue la fallida Repo Man (2010), pero su carrera se ha desarrollado sobre todo en televisión, dirigiendo episodios de series como Juego de Tronos (2015), True Detective (2015), Masters of Sex (2015) o House (2011). En Finch, además, ejerce las labores de productor (junto a Robert Zemeckis), algo que también ha hecho, por ejemplo, en la mencionada Juego de Tronos.
La película es una especie de ‘road movie’ futurista, en la que se nos presenta un asolado planeta Tierra. A primera vista la producción de la película luce estupendamente, con unos efectos especiales muy logrados y un nivel técnico que bien podría competir con cualquier estreno en salas, de hecho, resulta extraño que esta película no haya entrado en el circuito de salas.
Todo el peso de la misma se lo lleva Hanks, cuya dilatada experiencia hacen que no se resienta ningún minuto de la misma. No es una cinta pesada, a pesar de que sus minutos finales resultan un poco estirados y parece que aquello no termina. No es su desenlace de lo mejor de Finch.
Quitando esa pega y algún que otro momento ciertamente previsible, en su conjunto es una cinta muy entretenida, muy bien hecha y con unos personajes con los que resulta muy fácil simpatizar y empatizar. Que Tom Hanks cae bien prácticamente a todo el mundo, es algo evidentemente, y si a ello le sumamos un personaje con fondo, derrotado, luchador y que en ciertos momentos (no tantos como debería) remueve por dentro, estamos sin duda ante un caballo ganador.
Y es que, aunque no sea precisamente una de las películas más notables del protagonista de Big (Penny Marhsall, 1988), no hay duda de que es un personaje con el que resulta fácil quedarse.
Finch, es una película que habla de la vida, así a grandes rasgos, de lo que dejamos, de cómo lo dejamos, de nuestro legado. Una película que habla del amor, de la necesidad que tenemos como seres humanos, de saber que hemos hecho algo en la vida, por pequeño que sea. Un drama que no termina de conmover, quizá aquí uno de los puntos flacos de la película. Tiene pequeños momentos que funcionan, pero a nivel dramático, la película no termina de despegar.
La valentía de contar una historia con pocos personajes, en donde prácticamente Hanks se lleva todos los diálogos (casi como hizo en Náufrago (Robert Zemeckis, 2000)), donde se evitar (y bien) caer en el drama facilón… la película puede resultar ser un pequeño resquicio de ese cine que poco a poco parece que va desapareciendo, pero que es necesario.
Finch es una cinta amable (que nadie espere acción o situaciones complejas, la historia no lo necesita), no tiene trampa ni cartón, se la puede tachar de plana, pero en el fondo es necesaria. A pesar de visitar lugares comunes, de tener pocos elementos que, a día de hoy, ya no resultan sorprendentes, es un ejercicio sano, con el que pasar un buen rato sin tener luego la sensación ni de haber perdido el tiempo, ni de haber visto algo tremendamente emotivo.
En un principio, Universal Pictures tenía pensado estrenarla en Octubre del pasado 2020, pero por la pandemia se retrasó y finalmente ha quedado relegada (posiblemente un error) a estrenarse en plataforma.
Al ser una exclusiva de Apple, sólo se puede ver en AppleTV+.
