Comedia

Sin malos rollos

Sin malos rollos

No Hard Feelings | 2023
16 de agosto de 2023
Lawrence interpreta a Maddie, una joven con una vida sentimental un tanto… concurrida y con un pasado algo turbio, que vive en su pueblo de toda la vida, en la casa que era de su madre. Pero unos problemas económicos la hacen necesitar un coche para trabajar y para ello acepta un curioso empleo: “espabilar” a un joven veinteañero a punto de ir a la universidad. El sueldo, un coche.

Por motivos personales, la actriz Jennifer Lawrence se ha prodigado poco por las salas de cine. Sus últimos trabajos, Causeway (Lila Neugebauer, 2022) y No mires arriba (Adam McKay, 2021) se estrenaron directamente en plataformas, y no es hasta ésta Sin malos rollos (Gene Stupnitsky, 2023) cuando nos reencontramos con ella tras su última interpretación como Mística en X-Men: Fénix oscura (Simon Kinberg, 2019). Su versatilidad para, prácticamente, cualquier tipo de papel, siempre es un motivo para verla en cualquiera de sus trabajos, y aquí no es menos.

Lo que, a priori, parecía una comedia romántica alocada, ha resultado ser una película que tiene algo más debajo de esa capa de humor tan comedido y burro en algunos momentos. Sin malos rollos no es sólo una comedia, que lo es, sino también una agridulce propuesta sobre como mirar hacia delante en la vida.

Salido de la serie The Office, Gene Stupnitsky se encarga no sólo de la dirección, sino también del guion, junto a John Philips, con quien también ha trabajado en la serie y además en su primera cinta, Chicos buenos (2019). Con ese CV no es de extrañar que el director sepa manejar bien los momentos de comedia, sin resultar excesivamente grotescos (que podría ser alguno) pero que despiertan una sonrisa o una pequeña carcajada. Con Sin malos rollos vamos a reírnos un poco, pero tampoco nos desternillaremos.

Jennifer Lawrence y Andrew Barth Feldman.

La fórmula sigue el esquema de dos personajes que se necesitan mutuamente y es el choque generacional lo que produce esos momentos cómicos además de los arrebatos de impaciencia y mala leche del personaje de Lawrence. A esto hay que sumarle el desparpajo y naturalidad que desprende la actriz protagonista y que aquí supone de lo mejor de toda la película.

Sin malos rollos también es un retrato de las nuevas generaciones, de su forma de relacionarse con la gente, con la sociedad, de la cultura de las redes sociales, de la necesidad de tener que retransmitirlo todo… este tipo de choques también generan ciertas escenas cómicas, siempre sin olvidar el rumbo de la cinta, que no nunca se aleja de su propósito, el de que dos personas, que no parecen encajar en el mundo de hoy, se necesitan para culminar objetivos en la vida.

Por eso, Sin malos rollos no es simplemente una comedia sobre un chaval al que sus padres quieren que vaya a la universidad espabilado. Es una película que tiene otra capa, incluso algún que otro punto dramático (sobre el pasado de Maddie) y la imperiosa necesidad que tenemos de anclarnos al pasado cuando éste nos ha marcado. Sin malos rollos aboga por el pasar página en la vida, por avanzar.

Película bastante simpática, sin grandes alardes, con un guion eficaz y que cumple con sus objetivos, que sabe ponerse graciosa cuando debe y seria cuando toca. Sin ser perfecta (todo encaja demasiado bien) se deja ver.

Una entretenida comedia agridulce sobre el seguir avanzando hacia delante en la vida.
5

Dirección
Gene Stupnitsky
Guion
Gene Stupnitsky, John Phillips
Dirección de fotografía
Eigil Bryld
Música
Mychael Danna, Jessica Rose Weiss
Montaje
Brent White
Formato
1.85:1
Nacionalidad
USA
Duración
113 minutos
Distribución
Sony Pictures
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