Salido de la producción Atracción (Fedor Bondarchuk, 2017), donde ejerció como director de la segunda unidad, Egor Abramenko debuta en solitario con un thriller de ciencia ficción que bebe mucho de dos películas como son Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) y Life (Vida) (Daniel Espinosa, 2017), y bebe sobre todo a nivel de historia, pero también intenta desmarcarse de ambas para no caer en la mera copia u homenaje, aunque resulta inevitable recurrir a ellas cuando vemos Sputnik (Egor Abramenko, 2020).
La premisa de la película, aun sin ser nada nuevo, se plantea bastante bien. La primera media hora de cinta muestra un buen manejo del thriller de ciencia ficción que, aunque se nota la influencia del cine “made in hollywood” en ningún momento renuncia a los orígenes de la producción.
Pero su gran problema, surge cuando se intenta alejar del género e introducir una parte dramática a la historia. Un problema que trasladan muchas producciones soviéticas de ciencia ficción y que termina por destrozar lo poco bueno que se nos había planteado. Y no es hasta pasada casi una hora de metraje cuando la cosa parece empezar a levantarse, pero eso sí, con pocas esperanzas, puesto que su final resulta bastante flojo y convencional.
Sputnik tiene además un reparto algo desigual. Podríamos destacar a su protagonista Oksana Akinshina, que trabajó en El mito de Bourne (Paul Greengrass, 2004) o en la cinta de la española María Lidón, Moscow Zero (2006). Su personaje quizá es el que más interés muestre, puesto que evoluciona con cierta coherencia a lo largo de la película, algo que desgraciadamente, no sucede con casi el resto de personajes. También destacaríamos al propio Bondarchuk, en el papel del coronel que dirige todo el cotarro en las instalaciones.
Sin duda lo más destacable de Sputnik es su nivel técnico, algo que ya sucede en producciones parecidas. El derroche de efectos digitales y prácticos, así como el diseño de producción, decorados o maquillaje, consiguen cierto empaque de superproducción, pero poco más. Un bueno diseño de criatura, y unos escenarios envidiables (sin duda transmiten esa sensación de secretismo y mal rollo) consiguen sumergirnos de lleno en la época donde se desarrolla la acción.
Sin ser una película referente y a pesar de sus inspiraciones en las cintas mencionadas, Sputnik se deja ver, aunque cuesta seguirla cuando llegamos al tramo central, donde todo se vuelve lento, con subtramas que no parecen aportar mucho, y que si no fuera por el tramo final, quedaría todo en un producto absolutamente olvidable.
No se regocija con la violencia, aunque está presente y bastante bien tratada; tampoco es una película en la que se ensalce demasiado el espíritu militar ruso (que suele pasar en producciones de este tipo), pero es una cinta en la que se critica la manipulación, el secretismo y en donde se deja al espectador muy poca capacidad de juicio.
No es ninguna novedad que este tipo de producciones tengan escasa carrera internacional. Su estreno en salas comerciales europeas se ha reducido a dos o tres paises, por ejemplo en Alemania sí se estrenó a principios de este año.
Es posible encontrar ediciones tanto en bluray como en DVD fuera de Europa. En Estados Unidos, por ejemplo hay editada una edición en bluray sólo con subtítulos en inglés. También existe una edición física en el mismo formato, en Alemania. En España, hasta hace poco parecía imposible que saliese en formato físico, pero su pase por plataformas como Movistar+ hizo pensar que el tener un doblaje sería un aliciente para editarla, y así pasó que Divisa la sacó en físico.
