Nos topamos con una película que, si las cosas no se hubieran torcido por el COVID la habríamos podido ver en cines. Desgraciadamente y tras varios retrasos (la cinta se proyectó en el Sundance del año pasado) pasará directamente a estrenarse en una plataforma.
The Night House es la quinta película de David Bruckner (Georgia, 1977) un director que prácticamente no se ha movido del terreno del terror, aunque a veces consiga mezclarlo con el thriller. Aquí, es quizá el ejemplo más claro en donde trata de desligarse del primero, construyendo una historia que nos atrapa prácticamente en cada instante, pero que desgraciadamente no termina de quedar redonda. Y es que Bruckner a pesar de contar con elementos suficientes para construirla, se decanta por algo innecesariamente complejo, cuando posiblemente la vía rápida hubiera sido más efectiva, sin tanto artificio o recoveco.
Una de las principales bazas con las que cuenta la cinta es con su protagonista, la británica Rebecca Hall. Sin duda su retrato de una mujer llena de dolor y confusión sustenta gran parte del filme. Un personaje con peso y que resulta bastante creíble durante toda la cinta.
La historia se basa en pequeños giros de guion durante toda la trama, lo que hace que tengamos la atención puesta en ella. A esto hay que sumarle algunas pequeñas escenas en donde se hace uso de ‘jump scares’ muy bien integrados y que sorprenden prácticamente siempre. Sin embargo, no nos resulta raro que en muchas escenas no encontremos tratando de buscar donde está el “truco”.
Si ser perfecta, pero bastante efectiva, donde no logra convencer The Night House, y es una pena porque el resto de la película está muy bien, es en su resolución. Bruckner plantea una realización sobria, muy medida y muy correcta, con un personaje principal llamativo y muy bien interpretado. Una película de la que resulta inevitable no sentirse atraído (ya el cartel resulta atractivo) pero que desgraciadamente no cuaja un final. No es la primera vez que le sucede a Bruckner, pues aquella cinta que hizo para Netflix, The Ritual (2017) también contaba con una resolución floja en comparación a lo que nos había mostrado. E igualmente el director hacía un uso sorprendente de la puesta en escena para sorprender al espectador, como si de un ilusionista se tratase.
The Night House podrá resulta interesante, llamar la atención y seguramente es una cinta que gusta (su poderosa atmósfera no deja indiferente). Pero sin un final tan certero como claro, el resto del producto desluce bastante en su conjunto.
Como comentábamos, la pandemia hizo retrasar el estreno de esta película.
Dado que la distribución corre a cargo de Searchlight Pictures, filial de la extinta 20th Century Fox y propiedad ahora de Disney, lo más normal es que sólo se pueda ver a través de Disney+.