Titane

Titane

Titane | 2021
22 de octubre de 2021
Alexia ha llevado una vida al límite en muchas aspectos, pero un desafortunado incidente la obliga a convertirse en el hijo desaparecido de un hombre que había perdido toda esperanza de encontrarlo vivo.

Segunda película de la francesa Julia Ducournau tras su opera prima Crudo (2016). Como en aquella ocasión, la realizadora se impregna de cierta provocación para dejarnos imágenes impactantes, en ocasiones lisérgicas, cargadas de violencia y sexo, todo ello enmarcado en una dramática historia que no deja indiferente.

Hablar de Titane sin contar elementos o partes esenciales de su historia puede resultar complicado. Pero igualmente podríamos sintetizarla como una historia sobre una mujer que, cargando con un trauma desde pequeña, trata de encontrar de alguna forma, el amor en su vida. Por el camino deja un reguero de violencia, mentira y dolor.

A la hora de hablar de Titane, quizá habría que hablar de que es una película como dividida en dos partes, conectadas por el hilo principal y a la vez complementarias. Por un lado, la primera media hora (quizá llegue a los cuarenta o cuarenta y cinco minutos) asistimos a una presentación del personaje principal, una presentación que va desde la niñez hasta casi el fin de la adolescencia.

En esta etapa, la historia se mueve en el terreno del thriller más sangriento, con escenas bastante violentas, algunas incluso algo hilarantes y locas, pero en el fondo necesarias para conocer la personalidad y el fondo del personaje de Alexia (muy bien interpretado por Agathe Rouselle, prácticamente en su primer papel cinematográfico).

Y en un momento concreto, la película se torna más al drama vital/existencial, al drama paternal. En este momento, cuando entra en escena Vincent Lindon (complemento perfecto para Rouselle), la cinta se torna más drama. Un choque que quizá pueda generar cierto rechazo por parte del público. Es quizá un logro, el hecho de que Ducournau haya empezado con un nivel tan alto, creando así unas expectativas, y continúa relajando la sala, pero sin traicionar la historia que nos está transmitiendo.

Agathe Rouselle.

Titane toca una ingente cantidad de temas, que van desde las relaciones paterno-filiales, la maternidad, los miedos, la identidad sexual o la diversidad de género. Todo ello lo carga en el personaje de Rouselle, que sin duda hace una labor titánica (si se me permite el chascarillo) al encarnar un personaje con un arco dramático tan complejo e intenso.

A nivel visual, la película reúne interesantes cualidades, algunas de ellas heredadas de otros cineastas (Cronenberg o Tsukamoto), pero en su conjunto tenemos una cinta con una paleta de colores extrema, con una fotografía que define mucho la acción y con una puesta en escena muy sugerente.

A pesar de la provocación de la película, de sus escenas violentas o de su textura sucia y descuidada, la realizadora propone un ejercicio bastante profundo que, a priori resulta desagradable, pero que tras su digestión resulta estimulante y bastante poco común, algo que sin duda se agradece. No es una cinta que deje indiferente.

No es un trabajo perfecto, a pesar de que resulta chocante gran parte de su premisa (en muchos momentos uno llega a estar casi abochornado por lo que está viendo), pero si es una historia compleja, sobre una mujer, marcada por el pasado, que busca su lugar en la vida, y a su vez, da con un hombre que también está marcado por el pasado, que busca un poco lo mismo que ella. Y en el fondo, entre los dos se complementan, se ayudan casi sin saberlo, conformando un retablo muy extraño de dolor, paz y violencia.

Una película que, una vez vista, a pesar de todos sus puntos extremos y no tan extremos, uno puede construir la historia y ver su coherencia, pero resulta inevitable apartarse un poco de ella al principio. Quizá no estamos acostumbrados a este tipo de cine y es el cine que se consumirá en un futuro.

Transgresora, provocadora y hasta incluso hilarante por momentos.
8

Dirección
Julia Ducournau
Guion
Julia Ducournau
Dirección de fotografía
Ruben Impens
Música
Jim Williams
Montaje
Jean-Christophe Bouzy
Formato
2.39:1
Nacionalidad
Francia, Bélgica
Duración
108 minutos
Distribución
Caramel Films
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