Películas como Leviathan (George P. Cosmatos, 1989) o Profundidad Seis (Sean S. Cunningham, 1989), sugieron tras la estela del éxito de la maravillosa Abyss (James Cameron, 1986). Y surgieron a la estela de mezclar terror/suspense con el ambiente submarino. Aunque está claro que todas ellas igualmente encontraron inspiración en Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979).
Underwater se suma a la lista de esta especie de subgénero que, sin apenas importarle mucho los personajes (no es lo que busca y sabe que quien la ve tampoco), se marca una historia entretenida, con buen ritmo y que tampoco aspira a mucho más.
Sí, la historia de Underwater no es precisamente original. Este tipo de trama de “grupo que tiene que ir hasta un punto y monstruos se lo intentan impedir” (muy de videojuego) no es algo que vayamos a descubrir a estas alturas. Pero también no tiene que ser un impedimento para disfrutarla siempre y cuando sepamos qué es lo que vamos a ver.
Pero entre muchas pegas que le podemos poner a la película no está precisamente su historia, insisto, sabiendo lo que vamos a ver; sino más bien otros elementos que quizá empañan lo que podría haber sido una cinta algo más redonda.
Partimos de un reparto con pocos rostros conocidos, salvo Kristen Stewart, Vincent Cassel y T.J. Miller, que si los asemejamos a la cinta de Ridley Scott, podríamos tener a Ripley, Dallas y Parker. El resto de secundarios no nos suenan mucho. Pero ya no sólo es eso, sino que el interés en los personajes no va más allá de lo que se ve en pantalla. No hay demasiada profundidad en ellos, alguna que otra pincelada, pero poco, incluso algo estereotipados. No ves demasiada motivación, porque tampoco es lo que se busca, y cuando la película intenta contarnos algo sobre ellos, resulta manido.
Que Kristen Stewart no es sinónimo de éxito, empieza a convertirse en algo habitual. Sus últimos trabajos no han funcionado muy bien en taquilla. Y lo cierto es que la que fuera protagonista de la saga Crepúsculo intenta en cada trabajo, dar lo mejor de ella, y sobre todo, quitarse la etiqueta que le persigue (igual que Robert Pattinson, pero sin el mismo éxito que él). Aquí está correcta, sin más. Su personaje no es que tampoco sea un personaje que destaque por algo en concreto.
Donde la cinta también patina es en su montaje. La película no se hace larga, ni pesada, pero si que todo pasa, en ocasiones… y pasa. Es decir, el montaje parece evitar que nos interesemos por algunos pasajes en concreto. Esto le da ritmo, pero le resta interés.
A nivel visual es donde la cinta cumple sobradamente (evidentemente). Buena producción, buenos efectos especiales y digitales, incluso la fotografía y la angustiosa música, han dado en el clavo para la historia, dotando a algunos momentos de buena sintonía con el público.
Apenas hay situaciones sorprendentes en Underwater, bebe demasiado de otros títulos y todo pasa demasiado rápido. Una cinta que salvo entretener, resulta complicado que consiga algo más. Una mezcla de ciencia ficción y terror (muy ligero). Por cierto, dirige William Eubank, con tan sólo dos títulos más en su filmografía.