La combinación Selena Gómez-Ethan Hawke podría ser curiosa, si tras ellos hubiese una buena historia. Las capacidades interpretativas de la joven cantante son bastante escasas, por eso quizá la presencia de Hawke podría hacernos olvidarla. Pero cuando la historia no acompaña… Getaway es un enorme cúmulo de despropósitos sin ningún tipo de interés.
Que el director y productor Courtney Solomon siga haciendo películas, es casi tan inexplicable como que le sigan dando papeles a Selena Gómez. Curioso que ambos coincidan en la que es la tercera película del director de aquella hilarante Dragones y mazmorras (2000), cinta que poco o nada tenía que ver con el universo creado por Gary Gygax y Dave Arneson (posteriormente vino la serie de animación). Con Getaway, Solomon ha dejado claro su nula capacidad para dirigir largometrajes.
Partiendo de que Getaway no verá los cines en España (al menos las salas comerciales), esto nos hace una idea de la confianza que Warner tiene en una cinta totalmente incongruente y llena de escenas de acción muy mal rodadas. Partiendo de esa base, la cinta parece verse casi por inercia y por ver si al final todo ese cúmulo de destrozos urbanos ha servido para algo o tiene algún fin. ¿La respuesta? no.
Una lástima que desde hace unos cuantos años (casi desde Antes que el diablo sepa que has muerto (2007)) la carrera de Ethan Hawke se vaya asemejando a la de Nicolas Cage. Algo que no es para nada bueno para un actor como él, cuya larguísima trayectoria ha estado poblada de más cintas buenas que malas (para público y crítica en general). Salvando pequeños detalles, en esta ocasión, Hawke se limita a poner cara de desesperado y hacer que conduce un Shelby Mustang. A su lado, la estrella de la canción Selena Gómez, quien a pesar de no ser su primera película, vuelve a insistir en hacernos creer que cantar y actuar van de la mano con ella.
Courtney Solomon, responsable de todo este enorme desaguisado, filma una cinta torpe, llena de clichés, con unas estampas que intentan poner algo de originalidad al género, como son las grabaciones con cámaras domésticas. El resultado podría haber sido bueno, pero gracias a un guión lamentable y a una planificación todavía peor, la cosa no se queda en nada, sólo en unas incongruentes escenas de acción mal rodadas con un buen puñado de fallos de continuidad y todo para tratar de poner nervioso al personal. Y lo consigue, pero no precisamente por eso.
Getaway no descubre absolutamente nada. Es una cinta tan vacía como insulsa, casi un pequeño insulto al espectador, y sobre todo un enorme caramelo indigesto. Y es que la historia, bien llevada, con pulso, con tino y con un buen par de actores, podría haber dado para un thriller bastante decente, pero bueno, eso se lo dejamos a los que realmente saben manejarlos.
Película insípida, que se ve casi por inercia y que no despierta absolutamente ningún interés, ni siquiera en su intento de sorprendernos con ese final absolutamente hilarante.
Ni siquiera la presencia de Selena Gómez ha hecho que Warner estrene esta cinta en los cines. Es normal, dada la recaudación tan escasa que ha tenido en los Estados Unidos. Hablamos de una cinta que con un presupuesto de 18 millones de dólares sólo ha cosechado allí, 10. El fracaso está sobre la mesa y es una pena ya que Joel Silver, uno de los productores más reputados y respetados, esté detrás. Seguramente el hecho de que Courtney Solomon sea su director tampoco ha ayudado a que la película se venda bien aquí.
Como sucede con este tipo de productos, la salida al mercado del DVD/bluray es quizá su única forma de promoción. En el caso de Getaway, Warner la lanza (a finales de Enero del 2014) en un combo (DVD+bluray) con algunos extras sobre el rodaje.
