El nombre de Luis Berdejo, quizá no suene de nada, cosa normal dado que su filmografía como director se reduce a unos cuantos cortometrajes bastante bien valorados tanto dentro como fuera de España. Colaborador en los guiones de [REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) o Imago Mortis (Stefano Bessoni, 2009), este joven de San Sebastián ha conseguido uno de sus sueños, debutar en un largometraje como director y encima lo ha hecho con uno de los actores más conocidos de la industria, Kevin Costner. Y es que La otra hija cuenta además con la participación de Samantha Mathis y de la actriz española Ivana Baquero (El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)).
Berdejo se sabe mover bien por el género, de eso no hay duda. La otra hija puede gustar o puede parecer típica (que también lo es), pero la hazaña del director sobre todo es el intento de mezclar los elementos más comunes del género para construir una película eficaz pero carente del más absoluto interés. No despreciamos todo el conjunto, por supuesto que no, pero no nos va a descubrir nada nuevo, a pesar de jugar bien con los elementos hasta el final. Una historia sencilla, bien contada y atada, sin dar excesivas explicaciones (si nos pusieramos a sacar punta…) y con un plantel de actores que en su justa medida sostienen bien toda la estructura sin dejar coja ninguna de las patas.
A pesar de no tratarse de una superproducción, Kevin Costner está muy correcto. Su implicación en la trama, sin duda ayuda y mucho a que todo se desarrolle de forma fluida y bastante amena. Lo mismo sucede con los dos niños protagonistas (Gattlin Griffith y la anteriormente mencionada actriz española Ivana Baquero). Su implicación en la película también ayuda y bastante (sobre todo ella), alejándonos por completo del cliché sobre trabajar con niños y animales. Sin duda su participación está más que justificada y bien dirigida. No podemos decir lo mismo de Samantha Mathis, cuya anecdótica presencia queda en el vacío y en el olvido.
La otra hija, a pesar de no ser tan original posiblemente decepcione en sus tramos finales, cuando la trama poco a poco se va desvelando (algo similar a lo que pasa con una cinta que comparte algun punto en común, El escondite (John Polson, 2005). Si apartamos un poco ciertos aspectos de la cinta, nos queda algo bastante típico, no falto de interés, pero no deja de ser algo que ya hemos visto anteriormente. Aún así merece la pena darle un voto de confianza a su director, que se ha aventurado en un terreno muy difícil (quizá lo fácil es empezar haciendo reir) con un reparto eficaz y con una historia que sin llegar a innovar al menos te mantiene atento.
A la historia principal, Berdejo parece intentar añadirle cierto toque dramático en el que intentar encajar la historia de un padre que no comprende la reacción de sus hijos ante lo que ha pasado. Afortunadamente es una de las muchas pistas que el director ha dejado caer por el camino con la intención de que nos pique la curiosidad y de que además no quitemos ojo de la pantalla.
Cinta efectiva que como primera obra está más que correcta y en la que su director le ha echado un par y construye una trama sólida, confusa para el espectador (un clásico del género) pero que se ve tiznada por un final un tanto sobrio e innecesario. Con sobresaltos, y unos ingeniosos efectos de sonido, Berdejo nos permite asustarnos e incluso no deja que nos despistemos, siempre está ahí, al acecho.