Nueva hornada de cortometrajes de la maravillosa serie Love, Death & Robots, que se iniciase hace ya cuatro años. Recordemos que detrás de ella está el director David Fincher y el productor/director/guionista Tim Miller. A pesar de que la primera temporada sigue siendo, a día de hoy, la que ha marcado el listón más alto, no podemos dejar pasar que, algunos episodios de la anterior y de esta tercera, también podríamos ponerlos a su altura.
En esta tercera temporada, nos encontramos con nueve episodios (uno más que en la segunda), con una presencia cada vez mayor de animación por ordenador, y volvemos a toparnos con historias en donde cuesta discernir que es real y que no. La calidad, a nivel general, sigue siendo bastante buena, a pesar de que las historias empiezan a resultar un poco repetitivas.
Esta tercera temporada de Love, Death & Robots arranca con el episodio ‘Tres Robots: Estrategias de escape’, protagonizado por el trío robotizado del segundo episodio de la primera temporada (‘Tres robots’). Podríamos decir que se trata de una secuela o continuación de aquel, ya que la historia nos plantea de nuevo, diversas reflexiones sobre el pasado/futuro de la humanidad a través de estos tres personajes.
Le sigue ‘Mal viaje’, relato de terror hecho con animación digital y con altas dosis de violencia y sangre (recuerda un poco a los relatos de Lovecraft). Una historia sobre la inteligencia, las decisiones, la naturaleza humana y su lucha por sobrevivir. Posiblemente esta especie de viaje a los infiernos a bordo de un barco retrofuturista, sea una de las historias más interesantes de esta temporada.
Le sigue una historia dirigida por Emily Dean, que ha colaborado en varias películas del “LEGOuniverse” y que aquí nos propone con ‘El propio pulso de la máquina’, un viaje casi lisérgico a la conciencia humana y a las conexiones entre los seres humanos y las máquinas. Cuenta con una espectacular animación que recuerda a la vista en las visitas de Linklater al cine animado con A Scanner Darkly (2006) o la más reciente Apolo 10 ½: Una infancia espacial (2022) casualmente también estrenada en Netflix. Entre las voces de su versión original, encontramos a Mackenzie Davis.
Le sigue el que quizá resulta el mejor de todos, ‘La noche de los minimuertos’. Una recreación de lo que sería una invasión zombi a nivel mundial, contada desde el principio. Lo más llamativo es que está toda rodada (escenarios incluidos) con miniaturas. Lo mejor, su final, un claro ejemplo de lo que la humanidad es dentro del inmenso universo. Puedes verlo en bucle que siempre resulta asombroso.
Con tanto ordenador, se agradece que el quinto episodio, ‘Equipo mortal’, recurra a una animación más tradicional para contarnos la historia de un pelotón contra una máquina absolutamente letal y prácticamente invencible. Dirigido por Jennifer Yuh Nelson (responsable de las dos últimas entregas de la saga Kung Fu Panda), es una historia ultraviolenta, con reminiscencias al cine de acción ‘barato’ de los noventa y que nos descubre la verdad cuando el hombre se enfrenta a si mismo.
Con ‘Enjambre’, la serie se vuelve a poner trascendente. Una historia que tiene dos partes, por decirlo así. Una primera en la que se nos muestran las necesidades humanas sobre ampliar nuestro conocimiento. Y una segunda en donde se nos muestra que el ser humano prácticamente destruye todo lo que toca… o todo lo que sobreexplota. Relato interesante, de muy buena factura y con algunas pequeñas pinceladas de terror.
Si en la segunda temporada teníamos un primer episodio que mezclaba lo cafre con lo violento, aquí no podía ser menos. ‘Las ratas de Mason’ es una historia sobre un hombre que se enfrenta a un ejército de ratas absolutamente letal y muy bien organizado. Con violencia explícita y con Dan Stevens entre las voces de su versión original, la historia resulta bastante trillada, aunque no menos entretenida.
Aproximándonos al final, llegamos a ‘Sepultados en salas abovedadas’. Al igual que sucedía con ‘Refugio’, el episodio de la segunda temporada protagonizado por Michael B. Jordan, en éste, cuesta discernir entre si lo que vemos el real (obviando la parte de sci-fi, evidentemente) o no. Una historia muy entretenida, con un final terrorífico y también con altas dosis de ultraviolencia. ¿Qué pasaría si descubriéramos una puerta al inframundo?
Y el broche de esta temporada lo pone el español Alberto Mielgo, ganador de un Oscar este mismo año al Mejor cortometraje. ‘Jíbaro’ es una experiencia absolutamente arrolladora, una historia que o te encanta o te horroriza, pero resulta imposible dejar pasar por alto la apabullante animación de esta particular visión sobre el mito de la sirena. Mezcla de terror y drama, en un viaje casi lisérgico lleno de sonido e imagen brutales, en donde cuesta discernir que es realidad y que es leyenda.
