Nueva incursión dentro del universo del personaje creado por Jim y John Thomas. La última vez que lo vimos fue en Predator (Shane Black, 2018), cuyo resultado no fue lo esperado (demasiada comedia, quizá). Esta nueva historia nos traslada siglos antes de los hechos que suceden en la cinta original. Es quizá una de los alicientes más interesantes de una película que, en su conjunto, no resulta del todo satisfactoria, aunque tiene algunos detalles que aportan cierto interés.
A Dan Trachtenberg ya lo conocimos con su magnífica Calle Cloverfield 10 (2016). Su carrera se ha desarrollado posteriormente, sobre todo en televisión, dirigiendo episodios de varias series (Black Mirror o The Boys, por ejemplo). El manejo del suspense y la acción en su primer trabajo detrás de las cámaras, fueron clave para consolidar esa película dentro del “cloverfieldverso”.
Hace unos cuantos años se enrola en un proyecto sobre el personaje creado por Jim y John Thomas. Tras la compra de la Fox por parte de Disney, el proyecto sale a la luz, con un guion que corre a cargo de Patrick Aison, cuya carrera se ha desarrollado en la televisión, escribiendo episodios de series como Wayward Pines (2015) o Treadstone (2019).
Y es precisamente aquí donde Predator: La presa no arranca precisamente bien. Su intento por reciclar un poco la historia, gracias a la ambientación en un siglo diferente, la idea de desarrollarse en escenarios naturales (como la original de McTiernan), son algunos detalles que podrían hacernos ver un producto más que interesante. El potencial de los espacios abiertos (bosques, llanuras…) da para un buen puñado de posibilidades, sin embargo, apenas se explota.
Predator: La presa tarda en arrancar. Los primeros 45 minutos, son un derroche de varias cosas, repetitivas en su gran mayoría en donde se nos recalca una y otra vez la condición social de la joven protagonista. Posiblemente no habría sido necesario hacerlo varias veces, ya que se corre el riesgo (como pasa aquí) de resultar todo demasiado reiterativo innecesariamente. No es hasta, más o menos pasados unos 50 minutos de metraje, cuando por fin vemos algo más de acción, de ritmo en la historia.
Una vez entrados en faena, podrá gustar más o menos el nivel técnico (que en general está bastante bien), pero es una película a la que le cuesta arrancar y en una cinta de acción, repetir algo innecesariamente durante más de 40 minutos, resulta imperdonable.
Al margen de otras licencias que el guionista/director se hayan tomado (lo de mezclar inglés/comanche es otro cantar), cuando la película se pone en su sitio, es bastante disfrutable, y en general está a la altura de una cinta de su género. Eso sin contar su considerable previsibilidad.
Tampoco ayuda un reparto no ya sin rostros conocidos, que eso es lo de menos, sino con poco carisma. Tan sólo podríamos salvar (y con pinzas) a la joven protagonista, en cuya historia se vuelve a insertar el discurso (necesario, pero metido con calzador dentro del universo del personaje) de hacerse valer por su condición de mujer (otro dato innecesario, puesto que ya sabemos que, en las tribus indias, lo que se dice igualdad de género nunca ha habido). No vamos a encontrar empatía por los personajes, sinceramente, nos da bastante igual quien vaya cayendo y quien no.
Al margen de todos estos detalles que, ensombrecen un producto que podría haber resultado muy interesante, Predator: La presa es un ejercicio flojo, no aporta mucho a la saga y desgraciadamente nota la ausencia de un director con bastante más bagaje que unos cuantos episodios de televisión, eso sin contar un guion lleno de reiteraciones que hacen perder tiempo para contar cosas realmente interesantes.
Resulta cuanto menos sorprendente el hecho de que este título, perteneciente a la saga a la que pertenece, no haya sido estrenado en cines. No sorprende dada la política tan restrictiva de estrenos que tiene Disney, prácticamente estrenando en salas títulos de franquicias con las que espera «romper» la taquilla, y está claro que para ella, la saga de este personaje no es una de ellas.
En España, sólo es posible verla a través de Disney+.