La ausencia de estrenos en los circuitos de salas comerciales, hace que, casi por obligación, tengamos que recurrir a las plataformas VOD para rascar algo de novedad en el panorama cinematográfico actual que, dicho sea de paso, no se presenta bastante bueno en el futuro.
Es el caso de Sin rastro (Peter Facinelli, 2020), segunda cinta del también actor protagonista de la saga Crepúsculo o visto en series como Supergirl, American Odyssey o Los hombres de Harrelson (la versión del 2017, claro). Facinelli es más conocido por su faceta como actor, no hay duda, pero su trabajo tras las cámaras (aquí también escribe el guión) podría destaparnos a una promesa. Y no es que Sin rastro sea una magnífica película, pero si tiene algunos puntos que apuntan maneras.
Es posible que, durante los primeros minutos de Sin rastro, uno tenga la sensación de estar viendo un telefilme con cierto presupuesto. Es fácil admitirlo y hasta bastante comprensible. Pero algunos giros de guion le confieren quizá otro empaque. Y es que quizá sea su punto más interesante. Sin ser absolutamente redondo (sobran las aclaraciones finales), es más que digno.
Y es que dudo que Sin rastro tenga más pretensiones que esas, a nivel cinematográfico. No es una película que destaque demasiado por su dirección, no dejará huella, pero nos tendrá durante algo más de hora y media, con la cabeza centrada en la trama con cierto interés. Es una película que, además, se permite jugar con el espectador.
Su pareja protagonista, da la talla. Thomas Janes, que siempre puede interpretar a un hombre corriente que resultará creíble, y Anne Heche dan vida a un matrimonio que hace aguas, pero que mantienen entre ambos cierta dependencia. Y es que la cinta también habla sobre la dependencia humana, sobre lo que nos permite sobrevivir a día de hoy. Habla de valores como la familia.
Con una estructura muy clásica de thriller (nos da pistas faltas, personajes misteriosos, policías en los que no sabemos si confiar…), también cuenta con la presencia de Jason Patric, interpretando a un agente de la ley con un oscuro pasado pero que también busca lo que le permita salir adelante.
Sin rastro no es una cinta perfecta, es efectiva, entretenida y está bien interpretada. No pretende sorprender y, hoy en día en donde está casi todo inventado, seguramente algunos pasajes nos recuerden a títulos ya vistos. Aún así, al menos habría que darla una oportunidad.
Su trayectoria incluso fuera de España ha sido bastante corta. Posiblemente la pandemia mundial la haya obligado a estrenarse de esta forma.
Se puede ver a través de las plataformas Movistar+ y RakutenTV, en su apartado de alquiler bajo demanda. También es posible hacerse con ella en DVD.