Jeremy Rush (bajo la producción de Joe Carnahan), debuta en la dirección con una película de acción protagonizada por Frank Grillo, secundario que hemos podido ver en Capitán América: Civir War (Anthony Russo y Joe Russo, 2016) y como protagonista en dos entregas de la saga de La noche de las bestias. Un actor que no destaca demasiado, pero cuya presencia en pantalla siempre se asocia a personaje con cara de pocos amigos y, casi siempre, con un pasado turbio.
Si alguien pretende, o espera, ver una cinta similar a la saga Transporter, que se vaya olvidando. Wheelman no es precisamente una cinta de acción convencional, ni siquiera podemos hablar de una película de acción. Rush, encargado igualmente del guión, se centra más en la trama que en la acción física (que la hay, pero muy poca).
Y el problema que tiene Wheelman es precisamente ese, la trama, bastante sosa y que poco puede sorprender al espectador una vez sentado. Sin ser un alarde de originalidad, Wheelman guarda bastante parecido con la cinta de Steven Knight, Locke (2013), rodada prácticamente en su totalidad en el interior de un coche, igual que lo ha hecho Rush. Pero la escasa miga de su trama, termina por convertir la función en un simple entretenimiento, algo que la película protagonizada por Tom Hardy, remediaba con bastante solvencia.
Apenas hay tiempo para sorpresas, para sorprender al espectador incluso a nivel técnico. Una cinta demasiado plana, con pocas esquinas y lo que podría haber sido un ejercicio interesante, se vuelve en algo totalmente anodino, y sólo apto para curiosos.
Sin duda Wheelman termina desinflándose poco a poco, como con desgana, sin intención de sorprender siquiera en su tramo final, cerrando así una película que apenas admite intepretaciones, o te ha gustado o no, posiblemente no haya termino medio.
Si seguimos sacando algún tipo de paralelismo y/o homenaje, nos viene a la cabeza Drive (Nicolas Winding Refn, 2011), con un protagonista similar aunque con bastante más carisma, y en donde la historieta de amor dejaba casi a un lado la trama más emocionante de personaje de Ryan Gosling.
Grillo no es ni Hardy ni Gosling, y está claro que tampoco es precisamente un actor con demasiados registros, pero cumple correctamente el papel, como un hombre con un pasado (o eso parece, ya decimos que el guión no es su fuerte), y que quiere enmendar los males que ha cometido.
El hecho de ser un director sin una filmografía previa, de contar con un actor poco conocido para el gran público, y que la historia realmente no supone demasiada «chicha», podrían ser los factores por los que la película no se ha estrenado en el circuito de salas comerciales.
La única forma de poder verla es a través de la plataforma Netflix.