Shane Black, guionista y director que parece encallado en el cine de los ochenta-noventa, se vuelve a poner tras las cámaras con Dos buenos tipos (2016), una comedia en donde sí que es cierto que se intenta recoger el legado de aquel cine de acción (los orígenes de las “buddy movies”), pero que sin una historia con aciertos, todo queda en algo anecdótico.
Los primeros avances de Dos buenos tipos, pintaban bastante bien la función. Una pareja de actores con pocas tablas en la comedia de acción, juntos en una cinta ambientada en el mundo del porno de los setenta, en Los Ángeles. Y es que Black tenía buenos elementos para la película, pero da la sensación de que no los ha sabido combinar con acierto.
La historia, lo primero y esencial, no llega a tener la fuerza necesaria para engancharnos y parece que prácticamente seguimos viéndola por ver qué les pasa a los dos protagonistas. Aunque la idea es buena, y tiene buen arranque, Black no ha concretado prácticamente nada y todo queda en una especie de conspiración que confunde por momentos al espectador.
Sin duda el gancho de Dos buenos tipos son Crowe y Gosling. Mientras uno representa el engaño, el otro representa la fuerza bruta, dos elementos que bien combinados consiguen lo que se proponen. En este sentido no se les puede recriminar nada a ambas estrellas. Para Gosling, sin duda un buen descubrimiento saber que también se desenvuelve como pez en el agua en la comedia.
Numeroso guiños al cine de la época y un toque de la comedia más básica de Hollywood, agradecen que todo el número tenga sus momentos de gracia. Pero ojo, porque quizá los más graciosos ya se hayan visto en los tráilers.
Como buen guionista de acción que es (no olvidemos que se le considera el creador de las “buddy movies”, con el guión de Arma Letal (Richard Donner, 1987)), Black desarrolla buenas escenas de acción (el desenlace no tiene desperdicio) y aunque la película tenga ciertas carencias de ritmo, éstas logran levantarla en momentos puntuales.
Dos buenos tipos entretiene, sí, pero no como debería o al menos no como nos esperábamos. Con una historia más interesante, llevada de mejor forma y habiéndole dado más importancia a la comedia, quizá el resultado habría sido superior.
No obstante, gracias al aporte de dos estrellas como Crowe y Gosling, al menos siempre podremos verla y echarnos unas risas, pocas, pero si nos reiremos.